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Lun, Oct

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El ex cura y actual candidato apuntó contra Vidal y Milei por desmantelar el sistema de salud público y privado. Cuestionó recortes en medicamentos y derroche judicial.

Desde Caleta Olivia, el cura y candidato a diputado Juan Carlos Molina volvió a poner el dedo en la llaga: la salud pública y privada en Santa Cruz está al borde del colapso. Y no por accidente. Para Molina, es el resultado de un modelo político deliberado, donde Claudio Vidal en la provincia y Javier Milei en la Nación aplican “decisiones crueles y miserables”.

“El modelo de Milei se repite en Santa Cruz”, sentenció Molina, en una recorrida donde recogió testimonios de vecinos que ya no pueden pagar sus medicamentos ni acceder a tratamientos básicos. La situación es crítica: reducción drástica del Vademécum, tope en atenciones, dificultades para derivaciones médicas, obras sociales que abandonan la provincia y cuotas impagables.

Los más golpeados son siempre los mismos: los jubilados, las personas con enfermedades crónicas, los trabajadores monotributistas, que hoy directamente no tienen cobertura de salud. “Están desprotegidos”, advirtió, en un contexto donde la flexibilización laboral y la informalidad los vuelve aún más vulnerables.

Mientras tanto, el gobierno de Vidal parece mirar para otro lado. Molina no dudó en señalar las prioridades presupuestarias del oficialismo: “Vemos gastos innecesarios como el cheque que le entregó Vidal a Caputo, fugador y timbero compulsivo, por 23 mil millones de pesos”, denunció. Y agregó otro ejemplo: la ampliación del Tribunal de Justicia con un presupuesto superior a los 4.500 millones, en paralelo a hospitales sin insumos ni turnos.

Para el ex sacerdote y referente social, esto no es solo una crisis presupuestaria. Es una crisis ética. “Los medicamentos ya no son para todos. No hay respeto al PMO. Las personas quedan afuera de un derecho básico”, enumeró. Y denunció que el Estado provincial no solo recorta, sino que abdica de su función reguladora: “Las obras sociales aumentan sin control, y se están yendo de Santa Cruz”.

La lectura es clara: el plan libertario no es solo nacional. En Santa Cruz se aplica su réplica con consecuencias concretas, palpables y dolorosas. Para Molina, frenar ese modelo implica ganar peso en el Congreso y reconstruir una mayoría que piense primero en el pueblo.

La salud, como siempre, es la vara. Y cuando el termómetro marca emergencia, lo que se mide no es solo el gasto: es el abandono.

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