Denuncian que la obra social estatal pagó hasta $279 mil por lentes que en el mercado valen $28 mil. Hay complicaciones médicas y contratos direccionados.
Una licitación por más de $80 mil millones. Lentes quirúrgicos pagados hasta 10 veces más caros que su precio real. Productos defectuosos. Pacientes mayores con complicaciones postoperatorias. Y un sistema de salud estatal cada vez más deteriorado. Ese es el cuadro de situación que hoy sacude al PAMI, la mayor obra social del país, tras las denuncias presentadas por la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) y la periodista Luciana Geuna.
El caso no es menor: afecta directamente a jubilados y pensionados que dependen del sistema público para cirugías oftalmológicas, y revela una trama de sobreprecios escandalosa, negocios direccionados y supuesta militancia libertaria incrustada en la gestión.
La licitación 12/25: un manual de corrupción
Bajo el nuevo esquema centralizado impuesto por la resolución 1737/2025, el PAMI concentró la compra de insumos oftalmológicos, eliminando el modelo anterior en el que cada médico gestionaba los lentes directamente con los laboratorios. Lo que prometía eficiencia y ahorro, se convirtió en un festival de sobreprecios y discrecionalidad.
“Esto es un escándalo. Tienen que ir todos en cana. Los valores son cinco veces más caros que los del mercado”, lanzó Rodolfo Aguiar, titular de ATE. Y tiene razón. Geuna reveló que:
Implantec S.A. vendió lentes Acryfold por $24.800 a médicos y los facturó al PAMI en $162.166.
Visión Médica cobró $279.704 por un lente Eyeol que cuesta $28.249.
MSZ entregó lentes Auroflex a $177.939 cuando los cotiza a $32.000 más IVA.
El daño no es solo económico: también sanitario
La peor parte la viven los pacientes: los insumos entregados, además de carísimos, son de calidad inferior. Ya se reportaron complicaciones médicas postoperatorias en adultos mayores. Prestadores alertan por demoras, reprogramaciones y desabastecimiento, todo como consecuencia del nuevo sistema.
Más de 500 oftalmólogos se agruparon en un chat nacional de prestadores para exigir respuestas. Allí comparten casos de lentes fallidos, cirugías frenadas y caos administrativo. Lo que debería haber sido una política sanitaria eficiente terminó afectando a quienes menos margen tienen para esperar.
Milei, Karina y los fantasmas del 3 %
Aguiar apuntó también a la eliminación de controles y auditorías desde que asumió el actual gobierno nacional. “En provincias como la mía, Río Negro, hacen proselitismo con la Campaña Visión. Están vinculando su imagen a una política pública corrupta”, denunció.
La sospecha no es aislada. También se denuncian vínculos contractuales del PAMI con Droguería Suizo Argentina, empresa que aparece en el escándalo de corrupción en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), donde Karina Milei habría cobrado un “vueltito” del 3 % por contratos direccionados. ¿Acá también? La lupa está puesta.
Un sistema destruido a propósito
Hasta julio, los médicos compraban directamente los insumos y PAMI les reintegraba. Era más rápido, más barato y con menos margen para la corrupción. El nuevo modelo lo centraliza todo: otorga poder, dinero y margen de maniobra a una cúpula gerencial cada vez más opaca. El gremio también denunció la designación discrecional de militantes de La Libertad Avanza en cargos clave de la obra social.
¿Quién responde por los millones perdidos? ¿Quién se hace cargo de los jubilados que perdieron la vista o sufrieron secuelas por materiales defectuosos? ¿Dónde está el “Estado eficiente” que prometían? Lo que hay no es eficiencia, sino impunidad. Y las víctimas son siempre las mismas: los que no pueden pagar una prepaga ni defenderse solos en tribunales.
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