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Sáb, Sep

Economía

Mientras empresas de alimentos y limpieza aplican incrementos de hasta el 9%, el Presidente anuncia nuevas restricciones fiscales y niega impacto del dólar en precios.

Apenas horas después de que el presidente Javier Milei utilizara una cadena nacional para adjudicarse el control de la inflación y advertir que las decisiones del Congreso amenazan su “equilibrio fiscal”, la realidad en las góndolas mostró otro panorama: aumentos generalizados de entre 3% y 9% en alimentos, bebidas y artículos de limpieza, impulsados por las principales empresas proveedoras.

El mandatario, que en su discurso de 22 minutos repitió 28 veces la palabra “inflación”, anunció que firmará una resolución para prohibir la financiación del Tesoro con emisión monetaria y enviará un proyecto para penalizar presupuestos deficitarios. Al mismo tiempo, negó que la apreciación del dólar —que subió un 14% en julio— tenga relación con las subas en los precios.

La postura oficial contrasta con lo que ocurre en el comercio. Grandes marcas como Mondelez, Mastellone, Unilever, Arcor, Danone, SC Johnson y Colgate actualizaron sus listas con incrementos que oscilaron entre el 3% y el 9%, según coincidieron supermercadistas y almaceneros. En algunos casos, ya se anticiparon nuevas subas para los próximos días, del 4% al 9%.

El impacto es transversal: tanto supermercados como autoservicios barriales rechazaron, en la medida de sus posibilidades, aplicar los nuevos valores. Sin embargo, la caída histórica del consumo —con una contracción de ventas del 19% entre enero y julio según el Instituto de Estadística y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE)— limita su margen de resistencia.

Aumentos de 3% en lácteos, 7% en cigarrillos y 3,5% en gaseosas de primera marca se sumaron a subas de entre 2% y 3% en limpieza e higiene personal. Todo, apenas días después de un nuevo salto del dólar a fin de julio.

Ante este escenario, el Ejecutivo dejó trascender que podría habilitar importaciones de alimentos y bebidas para contener la escalada, una medida que ya genera debate por su impacto potencial en la producción local.

Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central, los analistas estiman que en el trimestre previo a las elecciones de medio término los precios crecerán en promedio un 1,7% mensual. El Gobierno confía en que ese dato le permita llegar con su principal bandera —el control inflacionario— aún en pie.

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