La secretaria de Gobierno de Río Gallegos defendió las rendiciones municipales y acusó al gobierno provincial de torpeza y desprecio institucional.
La disputa entre el Municipio de Río Gallegos y el gobierno de Claudio Vidal sumó un nuevo capítulo, esta vez protagonizado por la secretaria de Gobierno, Sara Delgado, quien respondió con dureza a los cuestionamientos del ministro de Gobierno, Pedro Brizuela, quien había reclamado al municipio “explicaciones sobre el uso de los fondos de coparticipación”.
“Cuando creíamos que no podían ser más torpes, lo hacen hablar a Brizuela”, disparó Delgado, en una frase que resume la tensión institucional creciente entre la capital provincial y la gestión libertaria que conduce Santa Cruz.
Según la funcionaria, las rendiciones de fondos “se presentan en tiempo y forma, tanto ante el Concejo Deliberante como al Tribunal de Cuentas”, y recordó que la coparticipación que recibe el municipio “está garantizada por la Constitución”.
Pero el cruce no se quedó ahí. Delgado ironizó sobre los dichos del ministro: “Si Brizuela quiere conocer las rendiciones, debería pedirles a sus concejales de SER que las lean, porque parece que solo hacen algo cuando los couchean. Como él, que repite pavadas refiriéndose a Grasso como un ‘patrón de estancia’, cuando acá el único que tiene estancia se llama Claudio Vidal y ni siquiera vive en Santa Cruz”.
La funcionaria también apuntó contra la falta de transparencia del Ejecutivo Provincial. “Le preguntaría al ministro por qué en el Boletín Oficial todavía no aparecen el acuerdo con YPF que dejó miles de laburantes en la calle, ni el que regaló una torta fenomenal de guita a Flybondi”, cuestionó. “Y tampoco esos datos figuran en el informe de gestión que va a llevar el jefe de Gabinete a la Cámara de Diputados. Ese informe parece un trabajo práctico de primer año”, agregó, con ironía.
Delgado sostuvo que la administración de Pablo Grasso “es la más ordenada en términos contables” y que todavía están regularizando las rendiciones que dejaron las gestiones anteriores de Giubetich y Leguizamón: “Rindieron poco, tarde y mal”.
También aprovechó para exponer el doble discurso del oficialismo provincial. “Los señores de la transparencia y ‘coso’ no pudieron terminar ni un camping. No pegan una. Por eso quieren distraer a la gente atacando a un intendente que muestra gestión todos los días”, lanzó.
Pero el trasfondo, advirtió, es político. “Hasta acá, lo único que mostró el Gobierno Provincial es desprecio por Río Gallegos: nos niegan obras, adelantos, programas, y hasta una reunión formal con el intendente. No quieren a esta ciudad. Y por eso ahora mandan a la funcionaria del arsenal de armas —que sigue en Educación— a criticarnos por entregar \$60 millones a los colegios que siempre nos acompañan. Que alguien le diga que, mientras su gobernador se niegue a recibir al intendente de la capital, todo lo que diga suena ridículo”, remató Delgado.
La interna entre el gobierno provincial y el municipal ya no se esconde ni disimula. Se volvió pública, directa y con nombre y apellido. Y en el medio, queda la ciudad, esperando que el juego de egos no termine bloqueando las obras y servicios que necesita con urgencia.
Si llegaste hasta acá tomate un descanso con la mejor música