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Dom, Abr

Ciencia y Tecnología

Durante más de un siglo, el artrópodo fósil Helmetia expansa fue un enigma dentro de la paleontología. Desde su hallazgo en 1918 por Charles Doolittle Walcott en los famosos depósitos de Burgess Shale, en Canadá, la especie fue mencionada en múltiples trabajos científicos, pero nunca había sido descrita formalmente. Hasta ahora.

Un nuevo estudio publicado en el Journal of Systematic Palaeontology y liderado por Sarah Losso, investigadora postdoctoral en Harvard, finalmente describe con precisión la morfología, el comportamiento y la evolución de este antiguo artrópodo marino, pariente cercano de los trilobites, que vivió hace 508 millones de años.

“Nuestros hallazgos ofrecen una visión mucho más completa de cómo era Helmetia, cómo vivía y cómo se relacionan los conciliterganos entre sí”, afirmó Losso.

¿Qué es un concilitergano?

Helmetia expansa pertenece al grupo extinto de los conciliterganos, artrópodos primitivos sin exoesqueleto calcificado, lo que explica su escasa presencia en el registro fósil. Para conservarse, estos organismos requerían condiciones excepcionales de preservación, como las de Burgess Shale, que incluso permitió ver intestinos, patas, branquias y estructuras oculares.

A diferencia de los trilobites, que dejaron fósiles en abundancia gracias a sus caparazones duros, los conciliterganos apenas dejaron rastros. El nuevo estudio examinó 36 especímenes de colecciones del Smithsonian Institution y el Museo Real de Ontario, lo que permitió reconstruir la biología y evolución de Helmetia con detalle sin precedentes.

Caminaban, respiraban y mudaban como cangrejos

Hasta ahora, se creía que Helmetia era una criatura que nadaba libremente, ya que el único espécimen conocido solo mostraba branquias. Pero el análisis de nuevos ejemplares reveló patas móviles y branquias anchas, indicando que el animal caminaba por el fondo marino, al igual que los trilobites.

Más sorprendente aún fue la observación de dos ejemplares en plena muda, un hallazgo sin precedentes en conciliterganos. Según Losso, este descubrimiento demuestra que Helmetia expansa cambiaba su exoesqueleto saliendo por la parte delantera del cuerpo, como hacen los cangrejos herradura modernos.

“Todos los artrópodos mudan para crecer, pero nunca se había capturado este momento en un concilitergano”, explicó Losso.

Gigantes del Cámbrico

El estudio también reveló que Helmetia podía alcanzar tamaños considerables. El ejemplar más pequeño medía 92 mm, pero otros superaban los 180 mm, lo que indica una amplia variación corporal en edad adulta.

“Nos permite entender no solo cómo crecían estos animales, sino también qué tan grandes podían llegar a ser”, detalló Losso.

Redibujando el árbol evolutivo

Además de describir la especie, el estudio propone una nueva clasificación evolutiva dentro del grupo Helmediidae, al que ahora pertenece Helmetia expansa, y lo distingue de otros géneros como Tegopelte. También se asignó formalmente al género groenlandés Arthroaspis bergstroemi dentro de los conciliterganos, estableciendo un nuevo mapa filogenético para estos enigmáticos organismos del Cámbrico.

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