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Lun, Abr

Ciencia y Tecnología

En un hito significativo para la astronomía, el telescopio extremadamente grande (ELT, por sus siglas en inglés) de ESO ya registra un 50% de avance en su construcción.

Este telescopio revolucionario, ubicado en la cima del cerro Armazones en el desierto de Atacama, está siendo montado a un ritmo asombroso por ingenieros y constructores.

El ELT de ESO contará con un diseño óptico innovador que incluye cinco espejos, siendo el principal un espejo gigante (M1) formado por 798 segmentos hexagonales. La fabricación de más del 70% de los bloques en bruto y los soportes de los segmentos ya ha sido completada. Además, los espejos M2 y M3 han sido fundidos y se encuentran en proceso de pulido. Uno de los aspectos más impresionantes es el espejo M4, un espejo adaptativo y flexible que ajustará su forma mil veces por segundo para corregir las distorsiones causadas por la turbulencia atmosférica. Sus seis finos pétalos están completamente terminados y están siendo integrados a su unidad estructural. Otro componente clave del sistema de óptica adaptativa del ELT, las seis fuentes láser, ya han sido producidas y entregadas para su posterior prueba.

Además de los espejos, otros sistemas necesarios para el funcionamiento del telescopio, como el sistema de control y el equipo de montaje, también están avanzando a buen ritmo. Los cuatro primeros instrumentos científicos que estarán disponibles en el telescopio están en la fase final de diseño y algunos están a punto de comenzar su fabricación. La mayor parte de la infraestructura de soporte del ELT ya se encuentra en el cerro Armazones o en sus alrededores, incluyendo el edificio técnico para el almacenamiento y revestimiento de los espejos, así como la planta fotovoltaica que suministrará energía renovable a las instalaciones del telescopio.

La construcción del ELT comenzó hace nueve años y se espera que el 50% restante del proyecto avance más rápidamente, ya que incluirá la finalización del diseño y la fabricación de los componentes.

Aunque la pandemia de COVID-19 impactó en la construcción y retrasó la producción de algunos componentes, se estima que la construcción del ELT tomará solo cinco años más. No obstante, la construcción de un telescopio de esta magnitud no está exenta de riesgos hasta que esté completamente terminado y en funcionamiento.

El director general de ESO, Xavier Barcons, destacó el compromiso de todos los involucrados en el proyecto y el apoyo continuo de los Estados Miembros y los socios de la industria. El ELT de ESO, cuyas primeras observaciones se esperan para 2028, promete cambiar nuestra comprensión del Universo y plantear preguntas fundamentales sobre nuestra existencia en el cosmos.

Fuente: ESO

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