La Unión Cívica Radical (UCR) atraviesa una tormenta política que amenaza con fracturar al histórico partido. La reciente decisión de suspender a los diputados Mariano Campero, Martín Arjol, Luis Picat y Pablo Cervi, quienes respaldaron el veto de Javier Milei a la reforma jubilatoria, desató una fuerte polémica en la cúpula partidaria.
Mientras dirigentes como Martín Lousteau y los hermanos Manes defienden la sanción como una medida necesaria, otros pesos pesados del radicalismo, como Alfredo Cornejo y Rodrigo de Loredo, la califican de error estratégico.
Gastón Manes, presidente de la Convención Nacional del partido, fue uno de los que salió al cruce de las críticas. Según él, la suspensión era inevitable tras el "extraño movimiento" de estos legisladores que, a último momento, cambiaron su postura. "Fue lo correcto. Hay mucha indignación en las bases del partido por esta maniobra. No podíamos dejar pasar algo así sin tomar medidas", expresó Manes en declaraciones a Radio 10.
Los diputados sancionados no quedaron afuera de la UCR, pero fueron apartados del bloque mientras el Tribunal de Ética evalúa la situación. Esta decisión no cayó bien en algunos sectores del partido, sobre todo en Rodrigo de Loredo, líder de los diputados radicales, quien consideró la medida "irresponsable" y "selectiva". De Loredo aseguró que esta suspensión no hace más que profundizar las tensiones internas, al tiempo que cuestionó la imparcialidad del procedimiento.
La confrontación verbal escaló rápidamente. En redes sociales, Gastón Manes no dudó en responderle a De Loredo, acusándolo de "transfuguismo" y de negociar "a espaldas del partido". Según Manes, los diputados sancionados traicionaron no solo a la UCR, sino también a los jubilados, al cambiar su voto sobre un proyecto que habían impulsado. "Lo que hicieron fue desleal e irresponsable, porque en lugar de votar en bloque, decidieron alinearse con Milei de manera sorpresiva", disparó.
Alfredo Cornejo, gobernador de Mendoza y una figura de peso dentro de la UCR, tampoco se quedó callado. Para él, suspender a los diputados fue un "grave error", y advirtió que los líderes del partido no pueden comportarse como los voceros de una facción. Cornejo sostuvo que el radicalismo no debe fracturarse por una decisión coyuntural y pidió reflexión en medio de esta crisis.
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