fbpx
18
Mié, Sep

Nacional

El discurso de Javier Milei en la presentación del Presupuesto 2025 no fue solo un ejercicio económico, sino una demostración clara de la creciente desconexión entre su gobierno y la sociedad argentina.

Mientras el presidente continuaba con su retórica contra la "casta política", tachándola de "ratas miserables", este discurso, que en un principio le dio legitimidad, ha comenzado a perder fuerza. Después de casi un año en el poder, muchos ya no ven en Milei un outsider que lucha contra el sistema, sino alguien que ha terminado integrando ese mismo círculo de privilegio que criticaba.

La gran ausencia de legisladores opositores en el Congreso durante su presentación fue un símbolo de la resistencia política que enfrenta. Muchos decidieron no participar como forma de protesta, lo que evidenció que el discurso presidencial ha dejado de resonar en amplios sectores del arco político. Aun así, la falta de interés fue más allá de lo político, manifestándose en el "apagón" ciudadano: miles de personas optaron por no escuchar el mensaje reflejado en la brutal caída del rating, un indicio de que Milei está perdiendo conexión con gran parte de la sociedad.

Las medidas de ajuste propuestas por Milei incluyen recortes significativos en áreas clave como salud, educación y programas sociales, lo que afecta principalmente a los sectores más vulnerables. Políticas como el programa Acompañar, que brindaba apoyo a mujeres víctimas de violencia de género, se han visto severamente reducidas, lo que genera críticas por parte de organizaciones y defensores de derechos humanos. Esta realidad contrasta con las promesas de eficiencia y ahorro, ya que quienes más sufren las consecuencias del ajuste son aquellos que dependen de estos servicios.

El desafío político para Milei es evidente: sin una mayoría en el Congreso, su capacidad para aprobar el presupuesto dependerá de su habilidad para negociar, algo que parece ir en contra de su estilo confrontativo. La pregunta central que surge es si podrá sostener su gobierno sobre la base de estas políticas de conflicto y austeridad, sin generar un descontento social que lo aísle aún más.

En definitiva, el discurso de Milei y el presupuesto que propone dejan en evidencia una fractura entre su retórica de cambio y la realidad de un gobierno que se está alineando con las mismas estructuras de poder que criticaba. Mientras tanto, la desconexión con la ciudadanía crece, y el ajuste económico que propone se percibe cada vez más insostenible.

Si llegaste hasta acá tomate un descanso con la mejor música