En un contexto de desamparo presupuestario por parte del Gobierno Nacional y el Ejecutivo provincial, el intendente Pablo Grasso refuerza su presencia territorial. “Seguimos construyendo derechos”, afirmó tras una jornada de trabajo en el barrio Belgrano.
Mientras desde Buenos Aires se profundiza un modelo de ajuste que desfinancia a las provincias y abandona a las ciudades, en Río Gallegos la gestión no se frena. Este fin de semana, el intendente Pablo Grasso, acompañado por el diputado provincial Eloy Echazú, encabezó un encuentro con vecinos y vecinas del barrio Belgrano, en el marco de una política territorial que el municipio viene sosteniendo frente a la crisis.
“Hoy la gestión no se hace desde un escritorio, se hace en el territorio”, lanzó Grasso, en una frase que sintetiza su estilo y su diagnóstico del momento. La reunión se centró en infraestructura barrial, servicios públicos y proyectos comunitarios, pero, sobre todo, en el compromiso político de seguir al lado de los vecinos en un escenario social y económico adverso.
Abandono nacional, respuesta local
La cita no fue casual. En los últimos meses, el recorte de fondos nacionales para obras, programas sociales y transferencias a municipios impactó de lleno en las finanzas de las ciudades del interior. A eso se suma la pasividad del Gobierno de Claudio Vidal, que lejos de enfrentar ese desfinanciamiento, profundiza el aislamiento de los municipios.
“A pesar del abandono de quienes deberían acompañar, nosotros elegimos estar del lado de la gente”, sostuvo Grasso durante el encuentro, con un tono que combinó bronca contenida y decisión política.
Según señalaron desde el entorno municipal, no hay apoyo ni previsión para obras estructurales que estaban en marcha, y muchas gestiones caen en saco roto por falta de respuestas desde Rawson o desde el Ministerio del Interior.
“Río Gallegos no se detiene”
El intendente remarcó que el Municipio seguirá recorriendo los barrios y construyendo soluciones desde abajo, con participación vecinal, sin delegar la escucha en intermediarios. “La salida es colectiva, y Río Gallegos no puede ni debe detenerse”, dijo.
Echazú, por su parte, coincidió en la necesidad de fortalecer la presencia del Estado local, en momentos donde Nación y Provincia se retiran de sus responsabilidades.
Durante la jornada se recibieron planteos vecinales vinculados a iluminación, mantenimiento de espacios públicos, mejoras en calles internas y creación de espacios de uso comunitario. También se avanzó en la identificación de necesidades prioritarias para los próximos meses, y se definieron líneas de seguimiento con equipos técnicos del Municipio.
Construcción política desde el territorio
Desde el gabinete municipal destacaron que esta agenda de cercanía no es una postal de campaña, sino un método de gobierno. Una forma de hacer política que busca marcar la diferencia frente a una dirigencia provincial que, hasta ahora, parece más cómoda en la foto que en el barro.
Con estos encuentros, Grasso refuerza su identidad política: gestión, escucha, y una posición firme frente al ajuste nacional. “Frente a un modelo que ajusta, nosotros seguimos construyendo derechos”, remató.
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