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Juan Manuel Valentín, dirigente del Partido Obrero, realizó duras críticas sobre el actual intendente de la ciudad de Río Gallegos al referirse a la situación que viven 82 trabajadores que fueron dejados fuera del ámbito laboral municipal.

El dirigente del Partido Obrero, señaló que "el actual intendente se postró frente a los poderosos que lo hicieron recular ante cada iniciativa que buscaba gravar impuestos para financiar el municipio, con el orgullo golpeado fue por los trabajadores, es un abusivo devaluado"

Consultado sobre cuáles fueron las iniciativas fallidas de Pablo Grasso contra los poderosos manifestó: "Está el impuesto a las estaciones de servicio del cual se bajó por presión de los estacioneros, de la CGT y de Máximo, está el impuesto al tránsito de camiones por la ciudad del cual se bajó por presión de las empresas de transporte, está el impuesto al juego del cual se bajó por presión del casino, ejemplos hay muchos."

A lo que agregó: "De lo que no se baja, es de insistir en despedir trabajadores, en su haber cuenta con 82 despidos al inicio de su gestión y ahora hace un par de meses viene presionando para dejar en la calle a trabajadores del SIPEM, que todos debemos recordar, lograron su pase a planta permanente luchando contra la gestión de Giubetich. Este pase a planta permanente no fue solo un acuerdo con el ejecutivo, también se aprobó en el Concejo Deliberante y se le dio fuerza de Ley".

Cuando se le pidió ampliar sobre el tema, Valentín sostuvo: "Las leyes y reglas laborales no cambian con las gestiones de gobierno municipal, Grasso debe cumplir lo firmado con las y los trabajadores por parte del municipio independientemente de que no fuese bajo su gestión. Hay que terminar con los mecanismos de precarización laboral, que según Grasso, le permiten vulnerar el derecho al trabajo que está defendido por la Constitución Nacional. Él puede decir que no despide, sino que no renueva contrato, pero lo real es que esos laburantes se quedan sin trabajo, es decir que para el caso es lo mismo despedir o no renovar".

"Cualquier gobernante con un poquito de humanidad, comprende que no pueden dejar gente en la calle, porque eso significa hambre y desesperación. Mucho menos se puede llevar adelante en medio de semejante situación político-económica-sanitaria. Pablo Grasso usa la lógica del abusivo, le tiene miedo a los que son más fuertes que él y va contra las y los trabajadores, buscando cortar el hilo por lo más delgado", sentenció Juan Valentín desde el Partido Obrero.

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