Máxima tensión se vivió hoy en El Calafate, cuando un joven de 25 años se atrincheró en su vivienda luego amenazar a un vecino con un arma de fuego en la vía pública.
El sujeto, al advertir la llegada de efectivos policiales, se encerró en su casa ubicada sobre la calle Eva Duarte de Perón al 1700, desde donde continuó con su actitud violenta y amenazante.
En el interior del domicilio se encontraba un niño de 8 años, familiar del agresor, lo que obligó a la División Comisaría Segunda y al Comando de Patrullas a desplegar un operativo cuidadosamente planificado para resguardar la integridad del menor.
Según fuentes policiales, el hombre llegó a apuntar con un arma desde la ventana hacia los efectivos, quienes intentaron en múltiples ocasiones que depusiera su actitud sin éxito.
Intentó fugarse y fue reducido
La situación escaló cuando el agresor intentó escapar por los fondos de una casa lindante. Allí, se topó con dos efectivos que le dieron la voz de alto, momento en el que el hombre volvió a amenazarlos apuntándolos directamente con el arma.
En un movimiento rápido, los agentes lograron reducirlo antes de que pudiera reingresar al domicilio y procedieron a su aprehensión inmediata. Posteriormente, y con orden judicial, se allanó la vivienda y se secuestró una réplica de pistola 9 mm, además de varias armas blancas utilizadas para amedrentar a los uniformados.
Menor fuera de peligro
Durante el episodio, una prenda se prendió fuego dentro del domicilio, lo que provocó la inhalación de humo por parte del niño. El menor fue asistido por personal médico y se confirmó que su estado de salud es estable.
“Fue un operativo de alto riesgo por la presencia del menor. Se actuó con extrema cautela para evitar una tragedia”, indicaron desde la fuerza.
La causa continúa
El detenido, vecino de El Calafate, permanece bajo custodia por disposición del juez interviniente, mientras avanza la causa en su contra, que incluiría tenencia de arma no convencional, amenazas calificadas y posible privación ilegítima de la libertad, aunque esto último aún está bajo análisis judicial.
El hecho encendió las alarmas en la comunidad y expone nuevamente la fragilidad del entramado social en ciertos barrios, donde la violencia, la exclusión y la falta de contención pueden derivar en episodios críticos con menores de por medio.
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