Mientras en los discursos oficiales se intenta instalar la narrativa de que la inflación se desacelera, la calle ofrece otra postal. El pan, alimento básico si los hay, aumentó un 12% y ya se vende en algunas panaderías a $4.000 el kilo.
Un número que no sólo golpea el bolsillo, sino que también desnuda el descontrol de fondo en la estructura de costos y en el modelo económico actual.
“Tuvimos que tomar la decisión debido a los constantes aumentos que venimos sufriendo en las materias primas, los insumos, combustibles y las tarifas de los servicios públicos”, explicó Martín Pinto, titular del Centro de Industriales Panaderos de Merlo (CIPAN).
Según el dirigente, aunque durante todo 2024 mantuvieron los precios sin modificaciones, la situación se volvió insostenible. “Queremos tratar de evitar cierres de panaderías y pérdidas de fuentes de trabajo”, advirtió, marcando el límite entre sostener el negocio o fundirse en silencio.
La harina sube, el huevo explota y el horno no está para bollos
Raúl Santoandré, presidente de la Federación Industrial Panaderil bonaerense (FIPPBA), fue más crudo: “La bolsa de harina de 25 kilos subió un 10% y el cajón de huevos saltó de $50.000 a $80.000 en dos semanas. Esto no se refleja en los índices de inflación oficiales”.
El dirigente también apuntó contra las panaderías clandestinas que venden a precios artificialmente bajos, generando competencia desleal. Según su estimación, el kilo de pan debería rondar los $4.000, pero muchas panaderías se ven forzadas a vender por debajo de ese valor para no perder clientela, aún si eso significa operar con pérdida o directamente cerrar turnos de producción.
En este contexto, cada vez más locales dejan de ofrecer productos de valor agregado como bombones, masas finas o secas. “Si no se venden, es pérdida del 100%”, detalló Santoandré, pintando el cuadro completo del ajuste interno que atraviesa el sector.
Pan, índice del hambre: el precio sube, el consumo cae
Más allá de la suba puntual, el aumento en el precio del pan funciona como síntoma de una economía que se recalienta en silencio. La inflación de alimentos y bebidas ya trepó al 0,8% en la primera semana de abril, duplicando el 0,4% de la semana anterior, según datos privados.
Los productos de panificación, cereales y pastas lideraron los aumentos con un 2,7% solo en estos primeros días del mes. En paralelo, los condimentos subieron un 2,0% y los productos lácteos y huevos un 1,4%, consolidando una escalada que no da tregua.
La inflación acumulada en alimentos en las últimas cuatro semanas ya se ubica en el 3,7%, con una medición promedio mensual del 3,4%. Una cifra que no condice con el relato oficial ni con las promesas del gobierno libertario de Javier Milei, que apuesta al ajuste como único remedio.
¿Quién paga el precio del pan?
El kilo de pan se convierte, así, en símbolo de la Argentina que aprieta a los sectores medios y borra del mapa al consumo popular. En muchos barrios, las panaderías funcionan a pérdida o sobreviven a base de producción mínima y recortes en el personal. El recetario neoliberal de Milei, lejos de bajar los precios, los empuja hacia arriba, mientras las fuentes de trabajo tambalean.
Si llegaste hasta acá tomate un descanso con la mejor música