Desde este domingo, los precios de la nafta y el gasoil han vuelto a subir en toda Argentina, tras un nuevo ajuste parcial aplicado por el Gobierno de Javier Milei en los impuestos a los combustibles, sumado a la devaluación mensual del peso frente al dólar.
Con este nuevo aumento, los combustibles acumulan un incremento superior al 85% en lo que va del año, impactando fuertemente en el bolsillo de los consumidores.
Las principales refinadoras del país, como YPF, Shell, Axion y Puma, trasladaron este ajuste al precio final, reflejando el efecto combinado de la devaluación mensual del peso, que fue del 2%, y una actualización del 1% en el impuesto a los combustibles líquidos (ICL). Así, en la Ciudad de Buenos Aires, el litro de nafta ha subido un promedio del 3%, siendo el distrito de mayor incremento para reducir la brecha con el interior del país.
En detalle, la nafta súper en CABA pasó de 992 a 1.059 pesos por litro, lo que representa un aumento del 6,75%. La nafta premium, por su parte, subió de 1.226 a 1.309 pesos, también con un incremento del 6,75%. En cuanto al gasoil, el precio subió un 5%, de 1.032 a 1.084 pesos por litro, mientras que el gasoil premium registró un alza del 1%, subiendo de 1.244 a 1.334 pesos por litro.
Este ajuste se produce en el contexto de una estrategia del Gobierno Nacional para desdoblar los aumentos en los impuestos a los combustibles desde junio, con el objetivo de mitigar el impacto en la inflación. La medida busca "diferir parcialmente los efectos de los incrementos que resultarían aplicables a partir del 1° de septiembre de 2024", según el decreto del Ejecutivo, que intenta aliviar la presión sobre los precios en medio de un entorno económico desafiante.
Además, quedan pendientes otras actualizaciones impositivas, que podrían sumar hasta 135 pesos en el caso de la nafta y 87 pesos para el gasoil, basadas en la evolución pasada de la inflación que aún no se ha trasladado a los precios de los combustibles. Con estos ajustes, el Gobierno planea recuperar 0,5 puntos porcentuales de recaudación, lo que equivaldría a unos US$ 3.000 millones, representando un 10% del ajuste fiscal previsto para 2024.
La continua escalada en los precios de los combustibles refleja la presión combinada de la devaluación, la inflación y los impuestos, factores que seguirán impactando en la economía y en el costo de vida de los argentinos en lo que resta del año.
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