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Lun, Oct

Interés General

El testimonio fue escuchado por Juan Carlos Molina y Moira Lanesan, quienes denunciaron un escenario de vaciamiento y represión política en la salud pública santacruceña.

Persecución, abandono y silencio: trabajadores de salud expusieron el deterioro del Hospital Regional ante Molina

El sábado por la tarde, los candidatos a diputados nacionales por Fuerza Santacruceña, Juan Carlos Molina y Moira Lanesan, junto al secretario de Salud municipal, Dr. Quirino Pereira, se reunieron con un grupo de trabajadores del Hospital Regional Río Gallegos (HRRG). Lo que escucharon fue un cuadro alarmante de abandono sanitario, persecución gremial y desidia institucional.

Más de veinte empleados relataron la falta de insumos básicos, sanciones arbitrarias y amenazas sindicales, en un hospital que —según ellos mismos— “ya no parece público”.

“En todos los gobiernos hemos luchado, pero a este directamente no le interesa la salud pública”, resumió una trabajadora.

Sin mamografías ni insumos: el deterioro sanitario

El dato más grave: el HRRG no realiza mamografías, ni siquiera durante el “Mes Rosa” de prevención del cáncer de mama.

“Creen que con repartir una cintita hacen campaña, cuando en el hospital no tenemos médico para hacer esto. Eso jamás había pasado”, explicó una técnica.

A la falta de profesionales se suma la escasez de insumos básicos:

“No tenemos sábanas ni elementos para atender. Se los pedimos a los familiares”, denunció una enfermera de Clínica Médica.

El área de mantenimiento tampoco escapa al cuadro crítico. Según los testimonios, desvincularon a 22 trabajadores y ahora piden que las tareas las hagan personas “sin ninguna preparación”. En Terapia Pediátrica, solo un médico de planta sostiene el servicio, complementado por profesionales itinerantes que cobran sueldos exorbitantes.

Sanciones, amenazas y miedo: el costo de reclamar

El encuentro también evidenció un clima de represión laboral. Un enfermero que confesó haber sido candidato por el propio espacio de Claudio Vidal relató su desencanto:

 “Creí que íbamos a estar mejor. Reclamamos y por eso me sancionaron y a mi hermana la echaron.”

En total, son 25 trabajadores sancionados —12 del Ministerio de Salud y el resto del hospital—, algunos con suspensiones de hasta 90 días. Otros perdieron guardias o la posibilidad de hacer horas extras.

“Nos amenazaron con que no fuéramos a la reunión porque se iba a enterar el gobernador”, aseguraron.

Molina: “Hay que moverles la estantería”

Tras escuchar los testimonios, Molina expresó su apoyo y subrayó la responsabilidad política del gobierno provincial:

“La única forma de ponerle un freno a esto que les pasa es yendo a votar. El 26 de octubre tenemos que moverles la estantería.”

El candidato recordó haber sufrido también persecución directa de Claudio Vidal, quien —según dijo— lo tentó con un cargo político al asumir.

“Cuando no acepté, empezaron a ensuciarme con campañas pagadas. Sé lo que es ser perseguido por pensar distinto.”

Un hospital símbolo de la crisis provincial

El HRRG, que debería ser el centro de referencia sanitaria en Santa Cruz, se convirtió en una postal del deterioro institucional y la falta de conducción política.
Mientras los trabajadores denuncian abandono y censura, los gremios que deberían representarlos guardan silencio o actúan como brazo ejecutor del poder.

El encuentro con Molina y Lanesan no solo fue un desahogo: fue también una advertencia sobre el estado crítico de la salud pública santacruceña, marcada por la falta de recursos, transparencia y humanidad.

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