fbpx
03
Sáb, May

Interés General

El intendente Pablo Grasso y el alcalde Claudio Radonich se reunieron en Río Gallegos para reactivar la agenda binacional con foco en turismo, salud, economía y pasos fronterizos; lanzarán una tarjeta de integración con descuentos y piden a los gobiernos centrales “menos palabras y más acciones”.

Desde la política, pero con los pies en el territorio. Así se traduce el encuentro mantenido esta semana en Río Gallegos entre el intendente Pablo Grasso y el alcalde de Punta Arenas, Claudio Radonich, quienes encabezaron una nueva reunión de trabajo para profundizar el acuerdo de integración firmado en 2024. En esta ocasión, se avanzó en temas sensibles: turismo, salud, economía y, sobre todo, la demanda histórica de agilizar el Paso de Integración Austral.

Del encuentro participaron también las concejalas puntarenenses Marcela Leichtle, Alicia Stipicic y el concejal Miguel Contreras, presidentes de las comisiones de Salud, Finanzas y Turismo, respectivamente. Tras la reunión, se ofreció una conferencia de prensa donde ambas autoridades mostraron sintonía política y sentido de urgencia.

“Tenemos que volver a lo que teníamos antes, mucho más dinámico”, afirmó Grasso, quien anunció que solicitará a los gobiernos provincial y nacional que gestionen con Cancillería y Migraciones la aceleración del cruce fronterizo. “Lo que genera fluidez entre nuestras localidades tiene que ser potenciado”, agregó.

Radonich, por su parte, fue enfático: “De integración, poco avance concreto. Nuestras comunidades siguen haciendo filas eternas”. A eso le contrapuso una propuesta concreta: una tarjeta de integración binacional que ofrecerá descuentos en gastronomía y hotelería de Punta Arenas para vecinos y vecinas de Río Gallegos. “Queremos ser facilitadores de la integración. Esperamos también contar con la voluntad del empresariado y de los gobiernos centrales”, sostuvo.

Acciones y no promesas

Grasso remarcó que la integración no es una idea abstracta, sino una necesidad cotidiana. “Hablamos de salud, turismo, economía y gestión. Seguimos trabajando desde el Estado con lo que venimos haciendo, ahora en conjunto con nuestros vecinos chilenos”, dijo el jefe comunal.

Radonich, con un estilo directo, celebró la hospitalidad y destacó que el vínculo con Grasso ya no es solo personal sino institucional. A su vez, subrayó el inicio de la colaboración artística en el Festival de la Patagonia, evento con seis décadas de historia donde se garantizará participación de artistas de Río Gallegos.

“Lo que estamos buscando es menos palabras y más acciones concretas, y aquí lo estamos demostrando”, resumió el alcalde chileno.

De la firma a la gestión efectiva

El acuerdo binacional firmado en 2024 tuvo como base fortalecer la cooperación en áreas estratégicas para la vida de las comunidades australes, unidas por vínculos históricos, familiares y económicos. Pero con el correr de los meses, ambos gobiernos locales reconocen que el papel firmado debe transformarse en mejoras palpables.

En ese sentido, los equipos técnicos de ambas ciudades ya trabajan en la articulación operativa de programas conjuntos, intercambios culturales, capacitaciones cruzadas y en una hoja de ruta compartida para resolver temas estructurales como el cruce de frontera o los accesos sanitarios.

La experiencia de esta agenda de integración —que avanza desde el sur y sin esperar directivas de Buenos Aires ni Santiago— marca un modelo de cooperación descentralizada, que responde a problemas reales y apuesta por una construcción regional con voz propia. Y si algo quedó claro, es que la Patagonia, dividida en mapas, se piensa unida desde sus márgenes.

Si llegaste hasta acá tomate un descanso con la mejor música