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Sáb, Abr

Interés General

El fallecimiento del Papa Francisco abre una nueva etapa en la Iglesia Católica. El Colegio Cardenalicio será convocado para celebrar un nuevo cónclave, el mecanismo tradicional mediante el cual se elige al nuevo Sumo Pontífice.

Y como en todo proceso eclesiástico de esta magnitud, la sucesión no escapa a la tensión entre líneas internas: progresistas, moderados y conservadores se preparan para definir el rumbo de la institución más antigua del mundo occidental.

Desde Roma hasta África, pasando por Asia y América Latina, los nombres que circulan en los pasillos del Vaticano dan cuenta de un equilibrio frágil entre continuidad y ruptura.

Los herederos del espíritu franciscano

Luis Antonio Tagle (67 años – Filipinas)
Ex arzobispo de Manila y actual prefecto de Evangelización. Jesuita, carismático, inclusivo, con una visión cercana a los pobres. Algunos lo consideran el “Francisco asiático”. Es un firme defensor de la justicia social y del diálogo interreligioso.

Peter Turkson (76 años – Ghana)
Ex prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral. Su nombre ya sonó fuerte en 2013. De perfil conciliador y con fuerte compromiso ambiental, encarna el rostro africano de una Iglesia abierta al sur global.

Matteo Zuppi (69 años – Italia)
Arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. Muy cercano a los migrantes y los sectores populares. Francisco lo designó como emisario de paz en Ucrania y EE.UU., lo que lo posiciona como pieza clave de la diplomacia vaticana.

Pietro Parolin (70 años – Italia)
El actual Secretario de Estado del Vaticano. Conocedor profundo de la curia, hábil diplomático, moderado y pragmático. Es el favorito del aparato vaticano, aunque algunos lo ven más como "gestor" que como líder espiritual.

Juan José Omella (77 años – España)
Arzobispo de Barcelona. Cardenal desde 2017. Su perfil pastoral, abierto y reformista, lo vincula al legado de Francisco.

Luis Francisco Ladaria Ferrer (81 años – España)
Jesuita y teólogo, fue prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Aunque no podrá votar por superar el límite de edad (80), puede ser elegido Papa, si el cónclave así lo decide.

El ala conservadora se reorganiza

Raymond Leo Burke (76 años – EE.UU.)
Uno de los críticos más duros del papado de Francisco. Representa al sector más tradicionalista y doctrinario de la Iglesia, especialmente fuerte entre los cardenales norteamericanos.

Peter Erdö (72 años – Hungría)
Arzobispo de Esztergom-Budapest. Conservador firme, se opone a la apertura hacia los divorciados vueltos a casar y ha rechazado las políticas de acogida a refugiados.

Gerhard Ludwig Müller (78 años – Alemania)
Ex prefecto de Doctrina de la Fe. Decepcionó a muchos por su giro hacia posiciones reaccionarias tras su salida del Vaticano. Sus apariciones en medios ultraconservadores lo alejaron del núcleo duro papal, pero sigue siendo influyente.

Willem Eijk (71 años – Países Bajos)
Teólogo de línea dura. Férreo defensor del catecismo clásico, rechaza los enfoques pastorales más flexibles impulsados por Francisco. Es un candidato fuerte si el cónclave gira a la derecha.

¿Qué se juega en este cónclave?

Más allá de los nombres, el próximo Papa deberá definir si continúa el camino de apertura y descentralización que impulsó Francisco o si la Iglesia gira hacia un nuevo ciclo de retracción doctrinal y conservadurismo interno.

El peso creciente del sur global, con cardenales de África, Asia y América Latina, desafía el dominio histórico europeo. Pero también crece la presión del ala estadounidense, organizada, conservadora y con influencia política y financiera.

El nuevo Papa será elegido por un cónclave de cardenales menores de 80 años. En total, hay unos 136 electores, de los cuales casi el 60% fueron designados por Francisco.

Esto podría favorecer a un sucesor que prolongue el legado del pontífice argentino, aunque en el Vaticano nunca hay certezas, y el Espíritu Santo —dicen los cardenales— siempre sorprende.

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