La Dirección de Políticas de Género de la Municipalidad de Río Gallegos envió una nota formal a S.P.S.E. reclamando una intervención urgente ante el abandono del sistema de alumbrado público, especialmente en sectores clave de la ciudad que aumentan la exposición a situaciones de acoso y violencia por motivos de género.
La directora del área, Viviana Caballero, fundamentó el pedido en base a los monitoreos sociales que realiza el equipo municipal y a la información remitida por las comisarías de la Mujer. El caso que motivó la carta fue el de una joven que logró filmar a un hombre que la acosaba mientras caminaba, en un trayecto entre el Centro de Salud Mental (Av. Gobernador Gregores) y el barrio Belgrano, por calle José Ingenieros.
“El video aporta poco sobre el agresor porque la zona estaba prácticamente a oscuras, pese a ser céntrica. Esto no puede pasar más”, señaló Caballero.
No es sólo una luminaria: es una política pública
La funcionaria explicó que la atención preventiva frente a la violencia de género implica no solo acompañar a quienes atraviesan estas situaciones, sino crear entornos urbanos seguros que desalienten la impunidad y promuevan la denuncia.
“Hay que darle herramientas a quienes sufren agresiones para que puedan alejarse e identificar al responsable. En esto, el sistema de alumbrado público es fundamental y hace que vecinos y vecinas puedan ayudar”, afirmó.
Además, Caballero fue clara respecto al sesgo de género en la experiencia de inseguridad:
“Resulta imperioso entender que la inseguridad no se mide de la misma forma para hombres y mujeres. El miedo a que te sigan es el miedo al abuso”.
El contenido de la nota enviada a SPSE
En la carta fechada el 6 de abril, la Dirección de Políticas de Género advierte que la falta de alumbrado en veredas angostas y calles residenciales —algunas con postes en mal estado— genera “sensación de desprotección” y dificulta la prevención y la denuncia. También se recuerda que en Río Gallegos el atardecer llega temprano, por lo que gran parte de los trayectos cotidianos se realizan con escasa luz natural.
El texto remarca que no se trata solo de una demanda desde el movimiento de mujeres o las diversidades, sino de una necesidad básica de seguridad urbana, que afecta a toda persona que transita a pie por sectores poco iluminados.
“Garantizar condiciones de iluminación pública permitirá la participación de los vecinos y vecinas que podrán colaborar en la prevención y denuncia, principalmente de la violencia y discriminación por motivos de género”, sostiene el documento.
La nota también apunta contra la naturalización del acoso callejero y la falta de intervención social o institucional, lo que lleva a muchas víctimas a desistir de denunciar por temor, impotencia o descreimiento del sistema.
La respuesta pendiente
Al cierre de esta edición, Servicios Públicos Sociedad del Estado no respondió oficialmente al pedido. Desde la Dirección de Políticas de Género se anticipó que el reclamo será reiterado, ya que la falta de alumbrado no puede ser entendida como un problema técnico, sino como una responsabilidad política que incide directamente sobre la integridad y libertad de las mujeres y diversidades.
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