Este 4 de marzo se cumple un año desde que el gobierno de Javier Milei ordenó el cierre de Télam, la agencia de noticias pública que durante casi ocho décadas garantizó información desde todos los rincones del país.
Aquel día, los edificios amanecieron vallados, sus páginas web fueron bloqueadas y sus trabajadores dispensados. Fue el inicio de un apagón mediático inédito en democracia, un golpe directo a la pluralidad informativa y a la soberanía comunicacional de Argentina.
Las consecuencias de esta decisión son evidentes: menos información, más silenciamiento y un país menos democrático. Sin Télam, las provincias perdieron una fuente clave de noticias locales, mientras que el panorama informativo quedó aún más concentrado en grupos mediáticos privados, muchos de ellos alineados con el gobierno.
La agencia, creada el 14 de abril de 1945 por iniciativa de Juan Domingo Perón, contaba con 27 corresponsalías en todo el país y más de 50 periodistas cubriendo la actualidad desde las provincias. Este despliegue garantizaba una cobertura descentralizada y una perspectiva federal que hoy está ausente.
Para Carla Gaudensi, secretaria general de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) y trabajadora de Télam, la lucha por la agencia sigue siendo un símbolo de resistencia:
"Defender a Télam no es solo defender la pluralidad de voces, el valor de las empresas públicas y los puestos de trabajo, sino la soberanía informativa que necesita nuestra patria", sostuvo en una nota publicada en abril pasado.
A pesar del cierre impuesto por el oficialismo, los trabajadores de Télam no se resignaron. Durante todo este año mantuvieron un acampe frente a la sede y sostuvieron la cobertura informativa desde el portal “Somos Télam”, una herramienta de resistencia profesional, política y gremial para romper el cerco mediático impuesto por el gobierno ultraderechista.
Milei contra el periodismo
El cierre de Télam no fue un hecho aislado. Forma parte de una estrategia más amplia del gobierno para debilitar el periodismo y restringir el acceso a la información. La eliminación de la pauta oficial para medios comunitarios y el hostigamiento a periodistas críticos refuerzan esta política de blindaje comunicacional.
A 40 años del regreso de la democracia, Argentina enfrenta un apagón informativo sin precedentes. La lucha por Télam sigue vigente, porque defenderla es defender el derecho de toda la sociedad a estar informada.
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