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Sáb, Sep

Interés General

El gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, anunció con orgullo que 18 internos de la Unidad Penitenciaria N°2 están construyendo el camping de Río Gallegos como parte de un programa de reinserción social.

Según sus palabras, se trata de un "hecho importante a nivel nacional", que no solo permite a los presos "reparar sus errores", sino que los prepara para el mundo laboral. Hasta ahí, el relato es impecable. Pero, ¿realmente se trata de una política de reinserción o es simplemente trabajo forzado disfrazado de integración?

Trabajo en prisión: Lo que dice la ley

En Argentina, el trabajo de personas privadas de la libertad está regulado por la Ley 24.660 de Ejecución Penal, que establece que debe ser:

  • Voluntario
  • Remunerado
  • Realizado en condiciones dignas

El artículo 107 de la normativa es claro:

"El trabajo penitenciario no podrá ser aplicado como sanción disciplinaria ni implicar tratamientos crueles, inhumanos o degradantes."

Sin embargo, Vidal no aclaró nunca si estos 18 internos reciben un salario y si este salario esta acorde al convenio colectivo de la construcción, tampoco se informó si cuentan con obra social, aportes previsionales o seguros por accidentes. Sin esta información sobre las garantías para los internos, lo que se muestra como una política de reinserción, hasta el momento se parece más a una violación de derechos laborales.

¿Trabajo social o mano de obra barata?

El gobernador también aseguró que este esquema evita la contratación de empresas privadas, argumentando que "no han dado buenos resultados en los últimos años". Dicho en otras palabras: el Estado se ahorra dinero usando presos en condiciones dudosas en lugar de convocar a trabajadores registrados como por ejemplo los miles de trabajadores de la construcción despedidos de las represas en Santa Cruz que Vidal aún no logra reactivar a pesar de haber hecho todos los deberes con el presidente Javier Milei.

Si la verdadera intención es la reinserción, ¿por qué no garantizar que estos internos obtengan formación certificada y que luego puedan acceder a un empleo formal? O peor aún, ¿esto es solo un test para expandir la precarización laboral a otros sectores? otra pregunta que surge es: Si los presos trabajan gratis, ¿por qué no podrían hacerlo también los desocupados?

"Cultura del trabajo" y el discurso peligroso de Vidal

El gobernador sostuvo que es necesario recuperar la "cultura del trabajo", una frase repetida hasta el hartazgo por sectores políticos que buscan justificar la precarización laboral y la eliminación de derechos conquistados.

En este contexto, el mensaje implícito parece ser: "Si los presos pueden trabajar sin cobrar, ¿por qué no pueden hacerlo los desempleados?" Bajo este razonamiento, Santa Cruz podría estar abriendo la puerta a un sistema de explotación encubierta bajo el disfraz de la "reinserción".

Rehabilitación o una posible explotación laboral de Claudio Vidal

No se trata de oponerse a que los internos trabajen. De hecho, el acceso al empleo es fundamental para evitar la reincidencia delictiva. El problema es cómo se implementa. Si realmente se busca la reinserción, estos trabajadores deben tener los mismos derechos que cualquier otro obrero.

Si Claudio Vidal quiere que este modelo sea un ejemplo nacional, debe garantizar salarios dignos, condiciones laborales justas y formación real. De lo contrario, lo que hoy se vende como una “oportunidad” podría convertirse en una nueva forma de explotación moderna.

La pregunta final es clara: ¿Está Santa Cruz al frente de un modelo de reinserción o simplemente encontró una forma de reducir costos a expensas de los presos?

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