fbpx
08
Mar, Jul

Interés General

Lo que empezó como una sesión más de la Comisión de Libertad de Expresión en la Cámara de Diputados terminó en un escándalo, con Alfredo Casero en el centro de la tormenta.

El actor y humorista lanzó una fuerte crítica hacia el periodismo, señalando que los medios han perdido toda credibilidad. Presidida por la diputada Emilia Orozco (La Libertad Avanza), la reunión contaba con la presencia de figuras como Romina Manguel, María O'Donell y Silvia Mercado, además del secretario de SIPreBA, Agustín Lecchi.

Casero no se guardó nada: “La gente ya no les cree”, tiró sin anestesia, apuntando a los periodistas como responsables de la desinformación y el malestar social. Según él, los medios "destruyeron la cabeza de la gente mayor", sumergiendo a una parte de la población en un caos informativo. Y es que, para muchos, el periodismo dejó de ser un faro en la crisis, convirtiéndose en parte del problema.

Romina Manguel fue la primera en reaccionar, visiblemente molesta. Se levantó de su asiento y abandonó la sala, dejando clara su incomodidad ante las palabras de Casero. Pero eso no fue todo: antes de irse, Manguel tuvo un tenso cruce con el diputado Bertie Benegas Lynch, de La Libertad Avanza, quien venía de lanzar polémicos comentarios sobre la educación. El enfrentamiento entre Manguel y Benegas Lynch dejó a la vista la grieta entre quienes buscan seguir sosteniendo el discurso oficial y quienes, como Casero, ya no tienen filtro para señalar lo que consideran la "decadencia" de los medios.

Casero también arremetió contra la cobertura mediática de la vida privada del presidente, criticando a los periodistas por concentrarse en lo personal mientras el país atraviesa problemas profundos. Según el actor, esa atención desmedida en lo privado distrae a la sociedad de las verdaderas urgencias.

La intervención de Casero dejó al descubierto algo más grande: la fractura dentro de los medios que, hasta hace poco, apoyaban sin titubeos al gobierno. Hoy, en un contexto de crisis, ese respaldo se tambalea. Lo que para algunos fue una provocación, para otros representó el reflejo de un descontento social que los medios ya no pueden ocultar ni justificar.

Si llegaste hasta acá tomate un descanso con la mejor música