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Lun, Abr

Ciencia y Tecnología

Investigadores descubren las ondas gravitacionales de baja frecuencia generadas por objetos masivos en movimiento. En un emocionante avance para la astrofísica, científicos han logrado observar por primera vez las leves ondulaciones en el tejido del universo causadas por el movimiento de agujeros negros.

 Estas ondulaciones, que estiran y comprimen ligeramente todo en el universo, han sido denominadas ondas gravitacionales de baja frecuencia y representan un nuevo camino para comprender la estructura del cosmos.

El miércoles pasado, investigadores de NANOGrav, una colaboración de investigación líder en el campo, publicaron sus resultados en The Astrophysical Journal Letters, revelando el emocionante descubrimiento. "Es realmente la primera vez que tenemos evidencia de este movimiento a gran escala de todo en el universo", afirmó Maura McLaughlin, co-directora de NANOGrav.

Las ondas gravitacionales fueron predichas por Albert Einstein, quien postuló que cuando objetos masivos se mueven a través del espacio-tiempo, generan ondulaciones que se propagan a través de la estructura del universo. Hasta ahora, los métodos de detección solo habían sido capaces de captar ondas de alta frecuencia. Sin embargo, en esta investigación se buscaban ondas a frecuencias mucho más bajas, lo que implicaba la detección de cambios sutiles en la estructura del espacio-tiempo.

Estas ondulaciones lentas, que pueden tardar años o décadas en manifestarse, se generan principalmente por agujeros negros supermasivos, que son miles de millones de veces más masivos que nuestro sol. A medida que las galaxias colisionan y se fusionan, los agujeros negros en sus centros se acercan y se envuelven en un baile cósmico antes de finalmente colapsar entre sí, emitiendo ondas gravitacionales mientras orbitan lentamente en estos binarios.

El estudio se basó en la observación de púlsares, estrellas muertas que emiten ráfagas regulares de ondas de radio a medida que giran en el espacio. Estas emisiones, comparadas con un reloj perfectamente regular, se ven afectadas por las ondas gravitacionales que deforman el espacio-tiempo y alteran la distancia entre la Tierra y los púlsares.

El equipo de NANOGrav monitorizó 68 púlsares utilizando telescopios en América del Norte, mientras que otros equipos de investigadores en todo el mundo también contribuyeron con estudios similares. A través del análisis de los cambios en la velocidad de pulsación de los púlsares, los científicos pudieron determinar la presencia de ondas gravitacionales.

Aunque aún no se ha logrado identificar la fuente precisa de estas ondas de baja frecuencia, este descubrimiento representa un importante paso adelante en la comprensión de la estructura del universo. "Las ondas gravitacionales son una nueva forma de ver el universo, y es como si estuviéramos poniendo nuestros oídos al cosmos", señaló McLaughlin.

Este emocionante campo de estudio, en sus primeras etapas, podría permitir a los científicos "escuchar" la historia del universo a través de las ondas gravitacionales, abriendo una nueva ventana para explorar y comprender el cosmos en el que habitamos.

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