Durante su intervención, Kirchner cargó contra los créditos gestionados en la última década al servicio del capital y no del pueblo, y anticipó un proceso interno en el peronismo bonaerense.
La reunión del Consejo Nacional del Partido Justicialista (PJ) en la histórica sede de Matheu 130 marca un antes y un después. Es el primer encuentro de esa instancia sin la presencia de Cristina Fernández de Kirchner —detenida y proscripta hace 161 días en San José 11—, y en ese marco aparece la figura de Máximo Kirchner como vocero central de una recarga militante.
Kirchner agradeció la invitación y puso énfasis en la figura de Cristina: “Qué bueno que estén acá, que le estén metiendo a esto…”, dijo. Desde esa frase se vislumbra el doble mensaje: reafirmar la centralidad de “la compañera Cristina” y al mismo tiempo visibilizar que el aparato partidario “sigue adelante” aunque ella esté impedida.
Deuda, rutas y abandono
El diputado nacional y presidente del PJ bonaerense no se detuvo en elogios internos. Atacó con dureza la gestión económica de la última década: “Nuestro país en los últimos 10 años tiene menos rutas, más endeudamiento, menos escuelas, más endeudamiento, menos hospitales, más endeudamiento”. Y agregó que no está en contra del crédito, sino de que este no se traduzca en desarrollo para el pueblo.
Esa advertencia resuena fuertemente en un momento donde las políticas de apertura y endeudamiento dominan el discurso opositor, pero Kirchner las interpela desde adentro del peronismo. Con claridad señala que estos mecanismos terminaron impactando en los presupuestos del sistema público: “menores presupuestos para el Garrahan, menores presupuestos para la Universidad Pública… reforma laboral, previsional, reformas que tienen que ver con el cuidado y las normas del ambiente”.
Tensión en la bonaerense
El tramo más político acaso fue cuando el dirigente bonaerense habló del proceso interno que viene: “El peronismo bonaerense… meses más, meses menos, va a tener un proceso interno de elección… lo haremos con el mayor de los esfuerzos, porque… somos el partido más grande y tenemos una responsabilidad”. Y lo dijo en un contexto en el que su mandato vence en 2025.
Ese mensaje va directo al tablero territorial: unidad o interna, renovación o continuidad, candidaturas propias o consensuadas. Kirchner pone la cancha, marca que el PJ va a tener elecciones, que va a cuestionar la “pasividad” de quienes solo hablan sin participar, y que aspira a salir de la derrota electoral con una victoria que trascienda el voto.
¿Qué significa esto para el peronismo argentino?
Este acto no es solo un desplazamiento de figuras. Es una declaración concreta: el peronismo en la provincia de Buenos Aires —el corazón del país electoralmente— intenta rearmarse con un liderazgo que reclama protagonismo.
El uso del lenguaje —“nada de ese endeudamiento… fue para mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo” — plantea un eje de disputa ideológica: ¿para quién gobierna el peronismo? ¿Se conforma con ser alternativa o aspira a ser modelo?
Y, además, el hecho de que Cristina no haya estado presente no resta protagonismo, sino que puede amplificar su presencia simbólica: Kirchner habla de ella, la reivindica, le adjudica capacidad de trabajo aun “sin poder moverse”, y en esa imagen instala dos cosas: imposibilidad física + vigencia política.
La cita del Consejo Nacional del PJ sin Cristina se convierte en un hito de transición. Máximo Kirchner aparece como puente entre lo que fue (la conducción de Cristina) y lo que se viene (la conducción generacional y territorial del peronismo).
No es menor: está reclamando una victoria electoral, una victoria política y una victoria de gestión, en ese orden. Eso significa que la apuesta no es solo ganar elecciones, sino que las políticas cambien, que el aparato del partido se reordene y que el peronismo recupere la centralidad.
En definitiva: si el PJ quiere volver a ser el actor dominante, no solo debe ganar. Debe gobernar distinto. Y eso es lo que está planteando Kirchner desde adentro, con tono crítico, combativo y con la marca de siempre: “por el pueblo, las familias y los hijos de la Argentina”.
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