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Mar, Abr

Nacional

A contramano del relato oficialista de austeridad, los senadores nacionales verán en sus cuentas bancarias un ingreso bruto de más de $9.100.000, producto de la actualización automática de sus dietas.

Un incremento que, lejos de ser un descuido, fue planificado un año atrás mientras se proclamaban recortes para todos… menos para ellos.

En marzo venció el congelamiento que los legisladores nacionales habían votado durante el 2023, a instancias de la vicepresidenta Victoria Villarruel. Pero, como el cuerpo no volvió a tratar el tema, la paritaria de los trabajadores del Congreso impactó de lleno en sus ingresos. Resultado: un aumento que lleva sus dietas a cifras de otro planeta, en un país donde más de la mitad de los chicos está bajo la línea de pobreza.

Mientras tanto, Javier Milei, que suele preferir el meme antes que la gestión, se descargó en redes sociales con una imagen de dos ratas vestidas con remeras de "Unión por la Patria". "Las ratas del Senado evitaron congelar su dieta, van a cobrar 9 millones de pesos por mes", escribió. Un posteo que no distingue ni matices ni responsabilidades: todos en la misma bolsa, aunque su propio espacio, La Libertad Avanza, también forma parte del cuerpo.

Lo que Milei no dijo es que la vicepresidenta Villarruel, enfrentada con el presidente, no cobra esas cifras astronómicas: su salario depende de la Casa Rosada, donde su congelamiento salarial la deja con un sueldo de $2.9 millones en mano, notablemente inferior al de cualquier senador. "En breve me pagan dos chirolas y soy vice", ironizaba en enero.

¿Cómo se llegó a los $ 9 millones?

En abril, los trabajadores del Congreso cerraron una paritaria que aumentó el valor del "módulo" —unidad sobre la que se calculan sueldos— a $2.286. Como los senadores habían fijado el año pasado que sus ingresos serían equivalentes a 2.500 módulos más 1.500 módulos adicionales (gastos de representación y desarraigo), el cálculo es simple: ingresos brutos de $9.144.000 para quienes viven a más de 100 kilómetros de CABA, es decir, casi todos.

Hasta marzo, los ingresos brutos rondaban los $4.9 millones. El salto fue monumental, mientras el salario real de los trabajadores legislativos acumuló una pérdida de 66,59% frente a la inflación desde fines del 2023.

La única voz que se alzó contra el aumento fue la del senador cordobés Luis Juez, que intentó rechazar el impacto de la paritaria en su dieta, pero su pedido quedó en la nada: las dietas son colectivas, no individuales.

En Diputados, en tanto, el manejo sigue siendo más opaco: Martín Menem negocia bajo cuerda, sin acuerdos públicos, para intentar frenar lo inevitable. Porque la motosierra, parece, siempre corta para abajo.

Un debate silenciado

Más allá de los escraches mediáticos, en el Congreso reina el silencio. Nadie quiere poner en agenda el tema sueldos, justo cuando la sociedad vive un ajuste brutal, el consumo se desploma, y los alimentos básicos ya son inaccesibles para millones.

Con discursos de austeridad para la tribuna y billeteras blindadas puertas adentro, la política argentina demuestra que la "casta" que Milei prometió combatir sigue más viva que nunca. Solo que ahora, muchos de sus nuevos integrantes visten campera de cuero y reparten memes en vez de propuestas.

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