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09
Jue, Ene

Nacional

La presidencia de Javier Milei marcó un hito este miércoles con la primera privatización de su gestión: Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa), una de las empresas más estratégicas de Argentina en materia de desarrollo tecnológico e industrial.

Con una oferta de 27 millones de dólares, el consorcio IAF, liderado por la estadounidense Arc Energy, adquirió el 63,7% del capital estatal, despertando tanto críticas como celebraciones.

Un gigante estratégico, en otras manos

Fundada en 1907 por la familia Pescarmona, Impsa alcanzó reconocimiento mundial gracias a su participación en proyectos clave de generación de energía renovable, nuclear e hidráulica. Entre sus logros, se destaca la fabricación de turbinas hidroeléctricas, componentes para centrales nucleares y tecnologías para torres eólicas. Exportando el 85% de su producción a más de 40 países, la empresa llegó a emplear 1.500 trabajadores directos y mantener relaciones con más de 100 PyMEs proveedoras locales.

Sin embargo, la empresa enfrentó severos problemas de deuda tras la gestión de Mauricio Macri y negocios impagos en Venezuela. En 2021, el gobierno de Alberto Fernández la estatizó para evitar su quiebra, expandiendo sus capacidades estratégicas en proyectos como el CAREM nuclear y grandes represas hidroeléctricas.

Privatización cuestionada

Críticos, como el economista Pablo Bercovich, señalaron que el Gobierno "paralizó la empresa durante un año para depreciar su valor, vendiéndola a una empresa cercana a Trump por una suma irrisoria". Con una deuda de 576 millones de dólares, el precio de venta de 27 millones ha sido calificado de simbólico para un activo considerado de "hiperestratégico".

Para el Estado, la privatización responde a la política de déficit cero y la decisión de no asignar recursos públicos a empresas con participación estatal. "Impsa volverá a tener accionistas privados", celebró el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, en la red social X, mientras el ministro de Economía, Luis Caputo, expresó su orgullo por la operación.

La sombra de Trump

El consorcio IAF tiene como principal socio a Arc Energy, una empresa estadounidense con vínculos directos al presidente electo de EE.UU., Donald Trump, debido a su financiación de campañas. Esto alimentó las sospechas sobre posibles favores políticos detrás de la transacción, destacando la alineación ideológica entre Milei y Trump en materia de política económica.

Impacto industrial y económico

El traspaso de Impsa a manos privadas plantea dudas sobre el futuro de la producción nacional. Analistas advierten que, al desvincularse de su rol estratégico, Argentina podría pasar de ser fabricante a importador de bienes clave para su infraestructura energética.

Por ahora, el Gobierno defiende su decisión bajo el argumento de eficiencia fiscal, mientras sectores opositores y expertos cuestionan si esta privatización representa un avance o un retroceso en el desarrollo industrial del país.

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