fbpx
12
Lun, May

Política

La petrolera estatal YPF cerró el primer trimestre de 2025 con pérdidas por 10 millones de dólares. El derrumbe se atribuye al aumento de gastos operativos y administrativos, especialmente en publicidad, direccionada a periodistas cercanos a Santiago Caputo.

El primer trimestre del año dejó a YPF con números que exponen el desorden fiscal y político dentro de la empresa más emblemática del Estado. Con una pérdida neta de 10 millones de dólares, la petrolera quedó en el ojo de la tormenta por el crecimiento inédito de sus gastos administrativos y de marketing. Lo más llamativo: mientras el Gobierno pregona ajuste, la caja de YPF se abrió generosamente para una pauta publicitaria asociada al entorno de Santiago Caputo.

Según reveló una nota de La Política Online, el balance de la compañía muestra una caída abrupta frente a los 657 millones de dólares que había ganado en el mismo período de 2024. El flujo de caja se redujo de 1.500 a 1.200 millones. Pero los datos más escandalosos están en los detalles.

Los gastos operativos subieron un 20 por ciento, y los administrativos un 46. En este último rubro, los once directores de la firma cobraron en conjunto 11 millones de dólares. Pero lo que más ruido hizo en el mercado fue la suba del gasto publicitario: solo en el primer trimestre, YPF destinó 32.617 millones de pesos a publicidad, más del doble que en 2024. El año pasado, el monto total ya había superado los 100.000 millones.

“No eliminaron la pauta oficial. La tercerizaron a través de YPF”, declaró una fuente interna. El reparto de fondos hacia periodistas afines y medios amigos de Caputo levantó sospechas incluso dentro del sector financiero. El asesor estrella del presidente Milei está bajo cuestionamientos no solo por dirigir la estrategia comunicacional, sino también por negarse a entregar los contratos publicitarios requeridos por la Justicia.

En paralelo, la inversión productiva de YPF cayó un 8 por ciento en el mismo período. Aunque el 75 por ciento de lo invertido fue a Vaca Muerta, los resultados fueron negativos. Mientras otros actores del yacimiento neuquino reportaron ganancias, la empresa estatal profundizó su rojo operativo.

El mercado reaccionó con dureza. Desde enero, las acciones de YPF cayeron un 36 por ciento. La señal es clara: los inversores no confían en una gestión que prioriza el marketing político sobre la eficiencia energética.

El presidente de YPF, Horacio Marín, respaldado por Caputo, tampoco brindó explicaciones públicas. En un contexto de crisis económica, inflación persistente y ajuste en todos los frentes, la petrolera estatal se convierte en símbolo de las contradicciones más flagrantes del modelo libertario.

Si llegaste hasta acá tomate un descanso con la mejor música