Voces potentes del feminismo nacional se reunirán este 31 de mayo en Río Gallegos para repensar el presente, debatir estrategias y resistir los embates del modelo de exclusión.
Este sábado 31 de mayo desde las 14 horas, el Gimnasio 17 de Octubre de Río Gallegos será escenario de un hecho político y cultural con alto voltaje simbólico: la segunda edición del foro feminista “Trinchera: contra la crueldad”. Con entrada libre y convocatoria abierta, el evento busca ser mucho más que una jornada de reflexión: se plantea como un espacio de resistencia activa ante la violencia económica, simbólica e institucional que atraviesa a los cuerpos feminizados en la Argentina actual.
Entre las invitadas se destacan figuras con fuerte impacto en la agenda nacional. La periodista y militante Julia Mengolini presentará su libro Las caras del monstruo, una radiografía del amor, la política y el odio digital que expone, con honestidad brutal, las violencias cotidianas que sufren las voces femeninas públicas. “No escribí para gustar, escribí para sacarme los fantasmas de encima”, anticipó Mengolini días atrás.
Por su parte, la economista Candelaria Botto abordará los efectos del ajuste desde una perspectiva feminista. “No hay shock económico neutro: siempre golpea más fuerte a quienes cuidan, a quienes están fuera del mercado formal, a quienes no tienen espalda. Ahí entra la economía feminista, que mira lo que el mercado no ve: el trabajo de cuidados, la desigualdad estructural”, sostuvo en una entrevista reciente.
El cierre estará a cargo de Pamela Pérez, militante histórica de derechos humanos, quien se preguntará: “Ni Una Menos: ¿diez años no es nada?”. La charla promete un recorrido incómodo y necesario sobre las conquistas y retrocesos desde aquella histórica movilización de 2015 hasta hoy. “Estamos ante un intento feroz de borrar nuestras luchas. Este foro es una trinchera para que eso no pase”, adelantó.
El foro —ubicado en Obispo Angelelli y Bella Vista— forma parte de una articulación entre organizaciones sociales, militancia territorial y colectivos culturales que no resignan su lugar en la arena pública. Según afirmaron las organizadoras, “la propuesta es hacer comunidad frente al individualismo que nos propone el sistema. Es resistir desde el arte, la palabra, el pensamiento colectivo”.
La elección del nombre no es casual: “Trinchera” remite a un lugar de defensa activa, de contención mutua y de disputa ideológica frente al avance de políticas que desmantelan el entramado de derechos conquistados.
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