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Vie, Oct

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El último informe del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) arroja cifras alarmantes sobre la pobreza en Argentina, estimando que el 73,3% de la población vive en condiciones de pobreza.

Esta cifra resulta significativamente superior al 55% reportado recientemente por el Observatorio de Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA).

El CELAG, a través de su cuenta de X, criticó duramente la percepción de Argentina como una nación de clase media, señalando que "tres cuartas partes de la sociedad argentina ‘malviven’". En su comunicado, el CELAG advirtió que ignorar esta realidad podría llevar a la formulación de políticas públicas desvinculadas de las verdaderas condiciones que enfrenta el país.

Alfredo Serrano Mancilla, director del CELAG y doctor en economía, destacó que los datos reflejan una persistente situación de "Mal Vivir" durante los primeros ocho meses del gobierno de Javier Milei. Serrano Mancilla subrayó que, lejos de ser una clase media predominante, la pobreza sigue siendo la norma, con una clase media extremadamente reducida.

Este informe se suma a la creciente preocupación por la crisis social y alimentaria en Argentina. La campaña de UNICEF Argentina titulada “El hambre no tiene final feliz” intensifica el foco en la situación crítica de los menores en el país. Según la campaña, un millón de niños se van a la cama sin cenar, enfrentando además vulneraciones adicionales como la falta de acceso a educación, trabajo infantil, hacinamiento, y viviendas sin baño ni agua segura. La situación es aún más grave considerando que 7 de cada 10 niños y niñas padecen carencias económicas o enfrentan dificultades en el acceso a derechos fundamentales como educación, protección y vivienda digna.

El informe del CELAG y la campaña de UNICEF no solo subrayan la urgencia de abordar la pobreza y la crisis alimentaria, sino que también resaltan la necesidad de una reestructuración integral de las políticas públicas para enfrentar estas crisis de manera efectiva.

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