Según datos del INDEC, hasta agosto de 2025 los trabajadores registrados vieron una caída en su poder adquisitivo. La pobreza afecta a uno de cada cinco ocupados.
Los últimos datos publicados por el INDEC confirman lo que se siente en los bolsillos: los salarios de los trabajadores formales del sector privado perdieron contra la inflación acumulada hasta agosto de 2025. Mientras que los ingresos crecieron 18,8 %, el índice de precios al consumidor avanzó 19,5 % en el mismo período.
El índice general de salarios creció un 3,2 % mensual en agosto, lo que representa un 49,6 % interanual y un 27,6 % acumulado desde diciembre de 2024. Sin embargo, esta mejora general se explica casi exclusivamente por el salto de ingresos en el sector informal, que registró un alza del 67,4 % en ese período, según estimaciones del organismo.
En detalle, el mes de agosto mostró aumentos de:
2,2 % en el sector privado registrado,
2,8 % en el sector público,
6 % en el sector privado no registrado.
Realidad vs estadística: la pobreza del empleo
La aparente mejora general no resiste el cruce con otro dato oficial: la inflación minorista acumulada hasta agosto fue del 19,5 %, con un alza interanual del 33,6 %. Por lo tanto, el trabajador formal privado perdió poder adquisitivo, incluso con empleo estable.
La precariedad no solo persiste, sino que convive con el empleo registrado. Un informe de la Fundación Mediterránea reveló que uno de cada cinco trabajadores en la Argentina es pobre, lo que representa un universo de 4,5 millones de personas. La estadística es contundente: el 21,6 % de los ocupados no logra superar la línea de pobreza, pese a tener un ingreso formal o informal.
El universo laboral alcanza los 21 millones de personas, según el informe, lo que refleja que tener trabajo no es garantía de bienestar económico, mucho menos con paritarias que corren detrás del índice de precios.
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