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Dom, Jul

Economía

Otra vez el número da bajo, pero el bolsillo no acompaña. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó este lunes que la inflación de junio fue del 1,6 %.

Un leve repunte respecto a mayo (1,5 %) que el Gobierno convirtió en fiesta digital. Javier Milei celebró con sus frases habituales, apuntando a “mandrilandia” como perdedora del dato. Su ministro de Economía, Luis Caputo, habló de “la más baja desde mayo de 2020”.

Pero, ¿cuál es la foto que sacan los demás?

En el barrio, en la despensa, en los mercados de cercanía, la sensación es otra. Comerciantes que recibieron en junio listas con aumentos del 20 % al 30 %, consumidores que ajustan al límite sus compras, jubilados que piden “lo justo y necesario”. La cifra oficial, dicen, no refleja lo que pasa en la calle. No cierra ni para el que vende, ni para el que compra.

Una economía que se enfría por todos lados

Fernando Savore, titular de la Federación de Almaceneros bonaerense, lo puso claro: la estabilidad de precios no es por magia monetaria, sino por desplome de consumo. La gente compra menos. El comercio absorbe el golpe porque subir los precios sería perder clientela. Esa es la “desaceleración” que mide el INDEC.

El CEPA coincidió, sumando factores: el congelamiento del tipo de cambio oficial, la estabilidad en el precio de la carne y el derrumbe de las verduras por estacionalidad (CEPA, 14/07/2025). Pero advirtió que detrás de todo esto hay anclas que no se pueden sostener indefinidamente: tarifas frenadas a la fuerza, salarios pisados por decreto y una recesión que nadie quiere nombrar.

La inflación según quien la cuente

Para el INDEC, los mayores aumentos de junio fueron en Educación (+3,7 %) y Vivienda, agua y electricidad (+3,4 %). Alimentos y bebidas, que pesa fuerte en el índice y más aún en el día a día, subió apenas un 0,6 %. Difícil de creer si uno vive fuera del Excel.

En paralelo, la Canasta Básica Alimentaria quedó en $163.757 por persona, mientras que la Canasta Básica Total, que marca el umbral de pobreza, se ubicó en $365.117. El salario mínimo ($250.000) queda lejos de ambas. Pero en X, el Presidente se mofa de los “llorones”.

¿Entonces? ¿Qué se festeja?

El objetivo electoral: mantener el 1 delante del porcentaje
Con las elecciones legislativas a tres meses, Milei y Caputo necesitan sostener esta tendencia. Que el número tenga un 1 adelante. Que parezca control. Que parezca gestión. Que parezca un rumbo. Aunque para lograrlo se congelen sueldos, se frenen giros a provincias, se limiten importaciones y se mantenga al dólar oficial encerrado a presión.

Los riesgos son varios. Si el consumo se sigue desplomando, la recaudación cae. Si las tarifas estallan después de octubre, el efecto bumerán puede ser feroz. Si el dólar paralelo se recalienta, el relato se cae.

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