El Frente Sindical Universitario, la FUA y el CIN advirtieron que la situación es terminal si no se aprueba el financiamiento 2026. Fuerte documento leído ante miles de manifestantes.
La comunidad universitaria argentina volvió a salir a la calle. Por tercera vez en menos de un año, docentes, estudiantes, científicos, trabajadores nodocentes y autoridades de casas de estudio de todo el país marcharon en defensa del sistema universitario, el financiamiento científico, las becas estudiantiles y la salud pública. La convocatoria fue organizada por el Frente Sindical de Universidades Nacionales, junto con la Federación Universitaria Argentina (FUA) y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN).
El eje del reclamo fue claro y urgente: revertir el veto presidencial a la ley de financiamiento universitario y exigir al Congreso que apruebe un presupuesto para 2026 que garantice la continuidad del sistema. El documento consensuado por las organizaciones denunció una crisis de dimensiones inéditas: salarios por debajo de la línea de pobreza, obras paralizadas, becas sin actualización y el vaciamiento total del sistema de investigación y extensión.
“No hay universidad sin presupuesto. No hay futuro sin ciencia. No hay país posible sin educación pública”, fue una de las frases leídas ante una Plaza colmada.
Un modelo de ajuste que ahoga a la educación
El documento leído por representantes del Frente Sindical fue demoledor en su diagnóstico: más del 30 % de pérdida presupuestaria real, 110 % de deterioro salarial según el propio Ejecutivo, paritarias inexistentes, y más de 90 obras de infraestructura congeladas desde 2023. Se denunció además la parálisis total de la Agencia I+D+i, organismo clave para el financiamiento científico, así como la falta de ingresos al CONICET durante dos años consecutivos.
“La política de reducción salarial que aplica el gobierno de Milei afectó con especial brutalidad al sector universitario”, afirmaron. Con sueldos depreciados, pluriempleo, y falta de fondos en obras sociales universitarias, muchos trabajadores del sector ya no pueden sostener su actividad con dignidad.
Estudiantes expulsados por la crisis
Uno de los focos del reclamo fue el abandono progresivo de las políticas de ingreso, permanencia y egreso, que afectan a miles de estudiantes en todo el país. El texto señala que no hay actualización de becas, ni boleto educativo, ni políticas activas para evitar la deserción en un contexto de inflación, desempleo y empobrecimiento social.
“Sin asistencia ni compromiso de la Nación, miles de jóvenes son forzados a abandonar sus carreras. Están destruyendo el instrumento de movilidad social más importante de la Argentina”.
Un llamado a la memoria: “Ustedes también fueron estudiantes”
El mensaje al Congreso fue directo. A diputadas y diputados les pidieron “actuar con memoria”, recordando que muchos de ellos se formaron en la universidad pública, y que hoy tienen en sus manos la posibilidad de sostener ese derecho para las próximas generaciones.
“El veto del presidente Milei es un ataque a la educación, a la soberanía, a la justicia social y al futuro. La ley vetada era fiscalmente responsable, equilibrada, y ofrecía una salida. No hay excusas”, advirtieron.
El texto concluye con una advertencia responsable pero enfática: si no se aprueba el financiamiento necesario, el sistema universitario y científico argentino entrará en una etapa de deterioro estructural irreversible, con pérdida de capacidades, “fuga de cerebros”, y retroceso institucional que llevará años recomponer.
“No es una metáfora: sin presupuesto, no hay universidad. Y sin universidad ni ciencia, no hay futuro posible”.
Si llegaste hasta acá tomate un descanso con la mejor música