La obra que rendía homenaje a Osvaldo Bayer y que fuera vandalizada por orden de el Ing. Paulo Croppi y ejecutado por Vialidad Nacional será reconstruida y ampliada por el municipio de Río Gallegos. El hecho, ocurrió días atrás, encendió la alarmas en los sectores culturales, sociales y políticos de la provincia, y motivó un fuerte repudio colectivo.
Este viernes, el escultor Jerónimo Villalba, autor del monumento, se reunió con el intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso, para avanzar en la restitución y ampliación de la escultura. El encuentro no fue solo protocolar: fue un gesto de apoyo ante lo que el propio artista definió como “un acto violento contra una obra profundamente simbólica”.
> “Estoy agradecido por el acompañamiento del intendente. Ya hicimos varias obras juntos, y ahora me expresó su cordialidad frente a este acto que no solo atenta contra lo artístico, sino contra la memoria colectiva”, sostuvo Villalba tras la reunión.
Una escultura derribada, una historia que no se borra
El monumento, que había sido instalado en homenaje a Bayer y su vínculo con las huelgas obreras de la Patagonia en la década del ’20, fue abruptamente removido. La acción generó malestar en amplios sectores de la sociedad, teniendo en cuenta que Bayer, autor de La Patagonia Rebelde, tuvo una relación íntima y coherente con la historia santacruceña.
“Queremos acompañar a la familia de Osvaldo en este momento y que se sientan respaldados. No es solo una obra artística, es una declaración de principios”, señaló Villalba.
Más que una reposición: una obra con más fuerza simbólica
El artista confirmó que no solo se repondrá el monumento, sino que se construirá uno nuevo, más potente y con mayor dimensión simbólica. Una respuesta no violenta pero firme, que apunta a transformar el agravio en construcción.
“La idea es hacer una obra nueva, pero aún mayor. Una demostración de fuerza contra la violencia, una respuesta pacífica pero firme. Como decía el intendente: somos rebeldes, y seguiremos siéndolo”, remató Villalba.
En tiempos donde se discute el rol del arte, la memoria y los símbolos en el espacio público, la decisión del municipio y del escultor es una toma de posición clara: no se borra lo que aún late en la conciencia colectiva.
Una memoria incómoda para algunos
Bayer no fue un escritor neutral. Fue un militante incómodo para los sectores conservadores, tanto del siglo XX como del XXI. Su investigación sobre la represión a los peones rurales en 1921 —ordenada por el Ejército Argentino— sigue generando tensiones y resquemores, especialmente en los discursos negacionistas que buscan suavizar la historia o eliminarla del debate público.
Derribar su monumento, aunque se intente justificar con cuestiones técnicas o administrativas, tiene un contenido político innegable. Por eso, que se reconstruya, y que lo haga más grande, es una forma de respuesta desde el arte, desde la historia y desde la dignidad.
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