Investigadores de la Universidad de Bath descubrieron que integrar atención plena y monitoreo de pasos genera un mayor deseo de mantenerse activo a largo plazo.
Caminar puede ser un buen comienzo, pero la motivación duradera parece venir de otro lado: de la mente. Así lo sugiere un estudio británico que combinó el conteo de pasos con mindfulness y descubrió un cóctel potente para mover el cuerpo... y sostenerlo en el tiempo.
Publicada en Mental Health and Physical Activity, la investigación liderada por la Dra. Masha Remskar, del Centre for Motivation and Behaviour Change de la Universidad de Bath, demuestra que incorporar prácticas breves de atención plena a un desafío diario de 8.000 pasos puede hacer que las personas se sientan más motivadas para mantenerse activas incluso después de terminado el experimento.
“Fomentar ese impulso interno hacia la actividad es esencial, sobre todo cuando a muchas personas les cuesta mantenerse en movimiento”, explicó Remskar. Y ese “impulso interno” fue justamente lo que se observó: quienes realizaron mindfulness a diario no solo caminaron más, sino que también mostraron una intención mucho más fuerte de seguir haciéndolo.
¿Cómo fue el estudio?
El ensayo involucró a 109 adultos ingleses que no cumplían con los niveles recomendados de actividad física. Todos usaron un contador de pasos durante 30 días, con el objetivo de alcanzar 8.000 pasos diarios. La mitad del grupo, además, completó prácticas diarias de mindfulness a través de la app gratuita Medito, diseñadas especialmente para esta investigación.
¿El resultado? El grupo con mindfulness promedió 373 minutos semanales de ejercicio moderado. El que solo contó pasos, 297 minutos. Pero lo más interesante fue lo intangible: la diferencia en la motivación futura.
“Las intenciones son uno de los predictores más sólidos del comportamiento futuro”, explicó la Dra. Remskar. Es decir, no se trata solo de hacer ejercicio hoy, sino de querer hacerlo mañana. Y el mindfulness, al parecer, ayuda a querer.
Lo que sigue
Aunque el estudio no midió si la actividad se sostuvo meses después, el equipo está convencido de que sentaron las bases para nuevas investigaciones. “Este es un estudio pionero”, afirmó el coautor Dr. Max Western, “y vamos a seguir desarrollando estas herramientas para hacerlas más atractivas y efectivas”.
El futuro inmediato incluye perfeccionar la propuesta y estudiar si los efectos observados se traducen en un cambio de conducta sostenido. Mientras tanto, el mensaje es claro: contar pasos ayuda, pero prestar atención a cómo y por qué nos movemos podría ser lo que marque la diferencia.
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