La ex presidenta repudia el show montado por Milei, que festeja la supuesta muerte de élites mientras criminaliza coimas que no cuestiona su entorno.
Cristina calificó de “show de muy mal gusto” lo desplegado por el presidente en Moreno, donde instaba a “sacar del cajón” a su esposo, Néstor Kirchner —una imagen que despertó estupor y rechazo—. No disimuló sus palabras:
“Hay que ser cobarde para meterse con quien ya no está y no puede defenderse. Cobarde para festejar la muerte de tus oponentes... muy miserable para disfrutar del dolor ajeno.”
Y cargó duro: Milei defendió a su hermana diciendo que las denuncias por coimas eran “operetas”, lo que Cristina interpretó como una jugada descarada.
“Hay que ser muy, pero muy caradura... El responsable de denunciar las coimas fue su abogado, titular de la Agencia Nacional de Discapacidad, con quien escuchaba ópera todos los domingos en Olivos... Inútil, mentiroso. Querer tapar el sol con la mano.”
El clásico Campeonato de Descarado
Con picardía, la bautizó “cara de piedra Milei”, una referencia al boxeador panameño Durán. Cristina no lo usó solo como insulto: fue un golpe simbólico al cinismo presidencial.
¿Victimismo? Ella no lo practica
Cristina también rebatió a Milei, quien denunció un intento de asesinato en su contra. Ella, como víctima real de un atentado, fue fría:
“Se vuelve de cualquier lugar… menos del ridículo… a mí sí me quisieron matar, y lo digo desde el silencio... es una experiencia traumática que el inconsciente tapa.”
La elección es canto y freno
El mensaje no fue solo confrontación. Cristina habló directamente a la militancia peronista bonaerense y llamó a votar:
“Necesitamos ponerle un freno a tanto insulto, agravio, desatino... esa boleta es la de Fuerza Patria.”
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