El optimismo de los primeros días del gobierno de Javier Milei comienza a desmoronarse. Una encuesta reciente de la consultora Proyección revela que el 80% de los argentinos atraviesa serias dificultades para llegar a fin de mes, lo que ha alimentado una crisis de confianza que ya afecta la percepción sobre el futuro económico del país.
El trabajo de campo, realizado sobre una muestra de 2.397 personas entre el 1 y 4 de abril, deja en claro que la promesa de cambio y prosperidad que Milei había vendido al principio de su mandato se está evaporando rápidamente.
El espejismo de la "tierra prometida"
Cuando Javier Milei asumió la presidencia, su mensaje de esperanza en medio del caos económico generó una ola de apoyo popular. Hizo alarde de una economía desbordada, hablaba de una inflación de 17.000% (una cifra discutida por expertos), y prometió que el primer año sería de sufrimiento, pero que vendrían tiempos mejores. La consigna era clara: “el sacrificio inicial valdría la pena”, y la gente, en su mayoría, confió en esa narrativa.
Hoy, ese relato parece desmoronarse. La encuesta muestra un cambio radical en las expectativas. El 44% de los consultados cree que la situación económica de los próximos meses será igual de mala o incluso peor que ahora. Solo un 34% mantiene la esperanza de que la economía mejorará. Mientras tanto, las principales preocupaciones de los ciudadanos siguen siendo de índole económica: no llegar a fin de mes (34,6%) y la inseguridad (28,9%), mientras que un 19,7% teme que el país entre en una “crisis total”.
La inflación y la promesa incumplida
La situación parece aún más grave al comparar el actual momento con el gobierno de Alberto Fernández. Si bien los relatos de los funcionarios de la Casa Rosada aseguraban que su administración era “el peor gobierno de la historia”, los números de la encuesta parecen relativizar esa afirmación. Un 46,9% de los encuestados considera que la situación económica está igual o peor que durante la gestión anterior, mientras que un 45,8% cree que ha mejorado o está igual. En otras palabras, la gestión de Milei comienza a compararse con la de su predecesor en términos de eficacia y resultados.
Los datos de la encuesta: más de un golpe al relato
Según Santiago Giorgietta, director de Proyección, la caída en la credibilidad del gobierno no se debe solo a la cirptoestafa y el caso Libra, sino que es principalmente el desajuste entre las promesas de Milei y los resultados concretos lo que está erosionando el apoyo popular. De acuerdo con la encuesta, el 62,1% de los consultados reporta emociones negativas, como bronca, tristeza, miedo y resignación ante el panorama económico, mientras que solo el 34,8% se siente esperanzado.
Una cifra que llama la atención, según Giorgietta, es que el 53,9% de los encuestados se inclina por votar a un candidato opositor en las legislativas, con el objetivo de ponerle un límite al gobierno de Milei. En comparación, solo el 45% respalda a aquellos que quieren profundizar las reformas impulsadas por el presidente.
Escenario electoral: un voto dividido, pero con claros indicios de declive oficialista
En términos de intención de voto, el peronismo sigue consolidando su base electoral con un 31,6% de intención de voto, mientras que la Libertad Avanza de Milei mantiene el 29,3%. En el otro lado de la balanza, los partidos tradicionales como Juntos por el Cambio atraviesan una crisis de representación, con el PRO apenas alcanzando un 6,4% y el radicalismo un 3,7% a nivel nacional.
Sin embargo, el núcleo de apoyo de Milei sigue siendo firme en un 30%. Este sector duro, según los análisis, responde más a un sesgo ideológico que a una evaluación positiva de las políticas públicas. La percepción de que cualquier opción que no sea la del peronismo es preferible, sigue siendo un motor fundamental de este apoyo.
Un gobierno que se tambalea
El pesimismo económico de la mayoría de la población y las crecientes dificultades económicas para las familias argentinas están comenzando a pasar factura a la gestión de Milei. Aunque el presidente mantiene un núcleo de apoyo sólido, los votantes indecisos y los sectores de la oposición están comenzando a ganar terreno.
El futuro de las reformas impulsadas por el gobierno parece depender de cambios inmediatos en la política económica, así como de una recuperación de la confianza social. La pregunta es si la fórmula actual será suficiente para sostener el respaldo popular hasta las próximas elecciones.
Si llegaste hasta acá tomate un descanso con la mejor música