La tensión en el Poder Judicial se eleva a raíz de un nuevo conflicto salarial que pone de relieve el descontento generalizado entre los trabajadores judiciales, encabezados por el sindicalista Julio Piumato.
El gremio rechazó tajantemente el incremento salarial del 2% anunciado por el Gobierno para el 1 de septiembre, calificándolo como una "verdadera burla" frente a la pérdida de poder adquisitivo que, según el sindicato, ya roza el 25% debido a la inflación acumulada desde la llegada de Javier Milei al Ejecutivo.
Desde el gremio, no sólo criticaron el ajuste por insuficiente, sino que también exigieron que el 1.5% restante sea abonado bajo el código 105, en concepto de "mejora de servicio". Esta modalidad de pago, especificaron, apunta a que el incremento sea percibido como una mejora permanente en el salario, un planteo que, hasta ahora, la Corte Suprema no ha aceptado.
El reclamo sube de tono en un contexto de presión económica que atraviesa a todos los sectores, donde los judiciales reclaman ser escuchados y respetados como un "poder independiente". Piumato denunció lo que considera un "ninguneo absoluto" hacia la Corte Suprema, advirtiendo sobre una situación que calificó de "gravedad institucional pocas veces vista". Según él, esta actitud de desdén podría afectar la independencia del Poder Judicial, un tema que sigue siendo central en la relación entre los poderes del Estado.
Por todo esto, el gremio decidió llevar adelante un paro de 24 horas este viernes, con la consigna de exigir una "recomposición salarial urgente", protestar contra el ajuste y el "impuesto al trabajo". La medida busca frenar lo que consideran un deterioro del salario, que afecta a miles de trabajadores judiciales en todo el país, quienes ven cómo la inflación erosiona mes a mes su poder adquisitivo sin una respuesta clara por parte del Estado ni del máximo tribunal.
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