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06
Lun, May

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El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) anunció hoy que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en Argentina experimentó un aumento del 6,3% durante el mes de julio, superando en tres décimas al incremento del 6% registrado en junio.

Estos datos revelan una tendencia preocupante en el escenario económico del país, donde la inflación minorista continúa impactando en los bolsillos de los ciudadanos.

En lo que va del año, la inflación acumulada alcanza un significativo 60,2%, lo que refleja la constante presión sobre los precios y la erosión del poder adquisitivo de la población. Además, en los últimos 12 meses, la inflación ha escalado a un asombroso 113,4%, una cifra que acentúa los desafíos económicos que enfrenta Argentina.

El informe del Indec detalla que el rubro que experimentó el mayor aumento durante el séptimo mes del año fue Comunicaciones, con un incremento del 12,2%. Este aumento se atribuye principalmente a los servicios de telefonía e internet, que han visto un aumento en sus tarifas. En segundo lugar se encuentra Recreación y Cultura, con un avance del 11,2%, impulsado por los incrementos en los paquetes turísticos relacionados con las vacaciones de invierno.

En tercer lugar, Bebidas alcohólicas y tabaco registró un incremento del 9%, sumándose a la serie de aumentos que afectan a los consumidores. La división con mayor incidencia en el IPC de julio fue Alimentos y bebidas no alcohólicas, que presentó un aumento del 5,8%. Dentro de este rubro, se destacaron las subas en los precios de productos esenciales como Pan y cereales, así como Carnes y derivados.

Este aumento del 6,3% en julio marcó un alto en la tendencia descendente observada en los dos meses anteriores (mayo y junio), lo que hace evidente la volatilidad de los precios y la vulnerabilidad del entorno económico. A pesar de los intentos anteriores por controlar la inflación, la economía argentina sigue luchando con un panorama de precios en constante aumento.

La depreciación del peso argentino frente al dólar, que rondó el 20% según las últimas cifras del Banco Central, ha generado un nuevo desafío para el país. Las empresas han respondido a esta devaluación ajustando los precios en sus productos, afectando directamente a los consumidores.

Ante esta situación, el gobierno ha iniciado conversaciones con varios sectores empresariales, incluidos alimentos, higiene personal, limpieza y combustibles, en un intento por establecer nuevos acuerdos de precios que protejan a los consumidores de aumentos excesivos.

Si bien el aumento de los precios es una preocupación constante, esta realidad económica compleja también resalta la importancia de encontrar soluciones sostenibles y a largo plazo para estabilizar la economía y mejorar la vida de los ciudadanos. La inflación en Argentina sigue siendo un desafío de envergadura, requiriendo medidas cuidadosas y una cooperación efectiva entre el gobierno y los actores económicos.

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