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Lun, May

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Según un estudio realizado por la Consultora Stg, los argentinos están consumiendo vino en promedio al menos tres veces por semana, lo cual representa una disminución en comparación con años anteriores. Sin embargo, a pesar de las subas de precios, los consumidores no están resignando calidad en sus elecciones.

El informe denominado "Radiografía del Consumidor Argentino de Vinos" destaca que las principales bodegas se ven obligadas a diferenciarse y desarrollar estrategias de comunicación para posicionarse en el mercado.

Dolores Lavaque, directora general de Consultora Stg, señala la importancia de la diferenciación y la estrategia de comunicación en un año donde los consumidores de vino están planificando más sus compras. Aunque no se puede afirmar de manera lineal que ha habido una reducción en el volumen consumido en los últimos años, se observa que los grandes consumidores optan por tomar menos cantidad pero sin sacrificar la calidad.

Uno de los factores que ha contribuido a la retracción en la demanda es el incremento de los precios del vino en el mercado argentino en los últimos meses. Según el Índice de Precio del Vino (IPV) de Vinodata, en mayo se registró un aumento del 10,3% respecto al mes anterior, superando la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del mismo periodo.

El Observatorio Vitivinícola Argentino destaca que los precios de venta del vino en el mercado interno han comenzado a moverse por encima de la inflación promedio, revirtiendo la tendencia de años anteriores. En el primer trimestre de 2023, los precios se ajustaron un 119,3% interanual, por encima de la inflación anualizada.

En cuanto al consumo, los despachos de vino al mercado interno han experimentado una disminución en el primer trimestre de este año, según el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). Además, el consumo per cápita de vino en Argentina en 2022 fue el más bajo de la historia, con 18 litros por persona.

El estudio de Consultora Stg revela que el vino tinto es el preferido por la mayoría de los consumidores argentinos, seguido por el vino rosado, blanco o blanco dulce, que tiene mayor incidencia entre los jóvenes y las mujeres. El gasto promedio en una botella de vino fue de $2.200, y la compra se realiza principalmente en vinotecas y supermercados, tanto en tiendas físicas como en plataformas online.

El vino se consume principalmente en el hogar, acompañando las comidas y en momentos de charla con la pareja o amigos. El vino espumoso también tiene su espacio de consumo en fiestas y ocasiones especiales, pero también se disfruta en el hogar.

A pesar de las dificultades económicas y las subas de precios, los argentinos continúan disfrutando del vino y valorando su calidad en cada ocasión de consumo.

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