El intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso, criticó duramente las políticas laborales de Claudio Vidal que están dejando a miles de trabajadores petroleros y de la construcción sin empleo en Santa Cruz.
Grasso denunció el “abandono definitivo” de los yacimientos maduros de YPF, acompañado por retiros “voluntarios” extorsivos y despidos masivos, que afectan a unas 2.500 familias vinculadas a la industria hidrocarburífera.
Un modelo que precariza a los trabajadores
Grasso recordó que hace poco más de un año, el gobernador Claudio Vidal anunciaba un “acuerdo histórico” con YPF para revertir áreas convencionales en favor de la provincia, asegurando más inversión y empleos. Sin embargo, el intendente señaló que estas promesas quedaron en el aire, con equipos abandonandos pozos y trabajadores obligados a aceptar retiros forzados bajo condiciones desfavorables.
“El retiro voluntario no es una solución: es pan para hoy y hambre para mañana”, enfatizó Grasso, destacando que quienes firman estos acuerdos no podrán reingresar a la industria por un mínimo de cinco años. Esta situación golpea principalmente a trabajadores mayores de 40 años, considerados “descartables” por las empresas debido a las exigencias físicas del sector.
Crisis laboral en Santa Cruz
El panorama laboral en Santa Cruz se agrava con la paralización de las obras de las represas “Presidente Néstor Kirchner” y “Gobernador Jorge Cepernic”, que dejaron a 3.500 trabajadores de la UOCRA sin empleo desde principios de 2024. Grasso cuestionó la falta de resultados concretos tras las gestiones provinciales y el viaje a China liderado por Vidal, calificándolo como un fracaso costoso.
“Advertimos hace un año que el modelo político de Milei y Vidal solo profundizaría la desigualdad y transferiría recursos desde los sectores más vulnerables hacia los grandes poderes concentrados. Hoy lo estamos viendo con las familias santacruceñas que quedan sin trabajo o son forzadas a aceptar condiciones extorsivas”, denunció.
Un llamado a la acción
Grasso exigió medidas urgentes para proteger a los trabajadores y a la economía regional de Santa Cruz. “No vamos a ser cómplices con nuestro silencio. Esto no era lo prometido. El cambio no eran 2.500 petroleros despedidos de un día para el otro. Necesitamos acciones concretas que beneficien a toda la sociedad santacruceña”, concluyó.
El intendente también destacó el impacto de esta crisis en localidades como Pico Truncado, Caleta Olivia, Las Heras y Puerto Deseado, cuya economía depende en gran medida de la industria hidrocarburífera.
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