La historia de Aerolíneas Argentinas es, en muchos sentidos, la historia de nuestro país: una empresa que, a pesar de los golpes, siempre volvió a levantarse.
Aerolíneas no es solo una compañía más, Aerolíneas es soberanía, Aerolíneas es identidad, Aerolíneas es la garantía de que cada rincón de esta hermosa tierra tenga un lugar en el mapa. Pero hoy, una vez mas, la amenaza de la privatización asoma, de la mano de proyectos que no buscan otra cosa que entregarla al mejor postor.
En los 90, ya vivimos esto y uds. claramante lo recuerdan. Carlos Menem prometió modernización y progreso cuando vendió nuestra Aerolíneas a Iberia, la aerolínea estatal española. ¿El resultado? también lo recuerda o lo conocen, Destrucción y vaciamiento. Lo que iba a ser un salto hacia el futuro terminó siendo una caída libre. Iberia desangró a Aerolíneas, retiró los fondos y dejó a la empresa a la deriva. Y cuando todo estaba en ruinas, la vendieron al Grupo Marsans, que la terminó de llevar al borde de la quiebra.
Marsans no solo destruyó la empresa: destruyó vidas, sueños y empleos. Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual, los empresarios responsables detrás del grupo, llenaron sus bolsillos mientras los nosotros los Argentinos veíamos cómo el símbolo de nuestra aviación se caía a pedazos. Hoy esos hombres están en la cárcel o muertos, pero los efectos de su saqueo perduraron. Nos costó años y sangre recuperar lo que nos habían robado.
Y ahora, Hernán Lombardi (PRO) y Juan Manuel López (Coalición Cívica) pretenden repetir la historia. Vienen con los mismos argumentos de entonces: "eficiencia", "reducción del gasto", "inversión privada". Lo mismo nos dijeron en los 90. Lo mismo nos mintieron. Lo que realmente buscan es entregar Aerolíneas al mercado, a aquellos que solo ven en la empresa un negocio, y no el servicio vital que presta.
No se trata solo de vuelos. Se trata de soberanía. Aerolíneas Argentinas no es solo una empresa que transporta pasajeros: es una pieza clave de nuestra estructura nacional. Conecta al país de punta a punta, asegurando que las provincias más remotas no queden aisladas. Durante la pandemia de COVID-19, fue Aerolíneas la que trajo vacunas, repatrió a miles de argentinos, y transportó insumos vitales. ¿Quién hubiera hecho eso si fuera una empresa privada? Nadie.
Mirá lo que pasa en el mundo. Más de 150 países mantienen aerolíneas de bandera, entendiendo que la conectividad es un derecho y una estrategia de Estado. Desde Air France hasta Lufthansa, pasando por Qatar Airways o Singapore Airlines, estas compañías no solo generan empleo, sino que son fundamentales en momentos de crisis. Sus gobiernos lo saben, y por eso, incluso en tiempos difíciles, las sostienen. Nosotros, ¿vamos a entregar lo que nos queda?
Los gremios aeronáuticos, con Marcelo Belelli a la cabeza de ATE/ANAC, están luchando porque lo entienden. No es solo una pelea salarial o por despidos: es una lucha por no repetir los mismos errores que ya nos costaron tanto. Aerolíneas Argentinas es mucho más que una empresa que puede entrar o no en números. Es la única garantía de que, cuando el mundo cierra sus puertas, el Estado puede abrir sus alas y traer de vuelta a su gente. Es la línea que nos conecta.
Lombardi y López están apostando a la amnesia, confiando en que no recordamos. Pero recordamos. Y sabemos que la privatización no es la solución, es el problema. Carlos Menem nos vendió esa mentira hace treinta años, y la pagamos con la quiebra de la aerolínea y miles de trabajadores en la calle. No volvamos a caer.
Este no es un simple debate económico, es una batalla por nuestra soberanía, por nuestro derecho a decidir cómo nos movemos en nuestro propio territorio. Privatizar Aerolíneas es entregar nuestro cielo, nuestro derecho a volar, a los mismos intereses que ya nos traicionaron.
No se trata de nostalgia, ni de un capricho ideológico. Se trata de proteger lo que es nuestro, de no repetir la historia de saqueo y vaciamiento que ya vivimos. Si permitimos que la vendan, nos va a costar mucho más que un balance negativo. Nos va a costar vidas, empleos, y nuestra capacidad de decidir sobre nuestro propio destino.
No dejemos que nos roben el cielo otra vez. Aerolíneas Argentinas es nuestra, y debe seguir siéndolo.
Info24rg.com
Si llegaste hasta acá tomate un descanso con la mejor música