Sara Delgado salió a responder luego de que el vicegobernador de la provincia, Fabián Leguizamón, la acusara de utilizar recursos públicos para instalar un baño químico en apoyo a las jefas de hogar que acamparon frente a la Casa de Gobierno en demanda de mejoras salariales.
Para entender esto tenemos que remontarnos al pasado 17 de agosto, durante los actos conmemorativos por el aniversario del fallecimiento del General San Martín. En esa fecha, mujeres pertenecientes a cooperativas de limpieza, que llevaban dos días acampando sin recibir respuestas a sus reclamos, solicitaron a Delgado la provisión de un baño químico, dado que el gobierno había colocado vallas en la zona y temían perder sus puestos en la protesta.
"Por supuesto que gestioné el baño químico, no solo porque eran mujeres solas que reclamaban algo justo y de forma pacífica, sino porque darle respuesta a su pedido era un acto humanitario", afirmó Sara Delgado, quien defendió su accionar ante las críticas del vicegobernador, quien calificó su intervención como parte de una "política mediocre".
La respuesta de Delgado no se hizo esperar, calificando de "mediocre" la gestión de Leguizamón. "Mediocre es ser vicegobernador de una gestión que no hizo nada en nueve meses", respondió contundente la funcionaria, recordando que no solo facilitó el baño químico, sino que también estuvo presente junto a las manifestantes, acompañada por la concejal Sol Kamu y otras compañeras feministas, brindando apoyo y poniéndose a disposición.
En su crítica, Leguizamón acusó a Delgado de utilizar "recursos públicos" para beneficiar a las mujeres de las cooperativas. Delgado, sin embargo, desvió la atención hacia otros escándalos que involucran a la gestión provincial. "¿En serio Leguizamón se escandaliza porque prestamos un baño a mamás con nenes que acamparon cinco días en los que hizo mucho frío? A mí la verdad que me escandaliza mucho más que hayan vendido los alimentos que iban a familias en situación de pobreza", disparó la funcionaria, quien además mencionó casos de corrupción y abuso sexual dentro del entorno del vicegobernador, incluyendo al presidente del bloque oficialista, Fernando Españón.
El conflicto no se detiene allí. Delgado también denunció la reciente decisión del gobierno provincial de despedir a más de cuarenta trabajadores de cooperativas del sistema de salud, acción que, según sus palabras, responde a un alineamiento con las políticas de Javier Milei. "Leguizamón y el resto de la alianza que gobierna cumplen al pie de la letra lo que pide Milei. Son débiles con los poderosos y poderosos con los débiles. Un gobierno cruel y sin rumbo", concluyó la funcionaria alineada con Pablo Grasso, intendente de Río Gallegos y crítico acérrimo de la actual gestión provincial.
Este episodio revela las profundas divisiones políticas en Santa Cruz además del creciente descontento social. Quedará en manos de la opinión pública determinar si lo que realmente se discute aquí no es un baño químico, sino el valor de los gestos políticos pequeños, esos que, aunque parezcan insignificantes, hablan de la orientación ética de una gestión. Delgado defiende su acción como un acto humanitario, mientras que Leguizamón la ataca desde una lógica de austeridad mal entendida. Pero, ¿no es más costoso políticamente mostrarse insensible ante las necesidades básicas de los ciudadanos?
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