En una decisión que tomó por sorpresa al gobierno, la Confederación General del Trabajo (CGT) anunció un nuevo paro y otorgó un plazo de un mes al gobierno para intensificar las negociaciones.
La votación, que dejó en ridículo al vocero presidencial Manuel Adorni, se produjo tras una extensa reunión del Consejo Directivo de la CGT, en la que se confirmó la movilización del 1° de mayo y se anunció un paro de 24 horas para el 9 de mayo.
El gobierno, confiado en que una reunión previa con la CGT disuadiría la medida de fuerza, se mostró sorprendido por la decisión. El ministro del Interior, Guillermo Francos, expresó su asombro y señaló que aunque la CGT tiene derecho a tomar tales decisiones, esperaban un resultado distinto después de una reunión considerada positiva.
A pesar de los esfuerzos del gobierno por desactivar el paro, la CGT mantuvo su postura, rechazando la falta de respuesta concreta a sus demandas. Jorge Sola, secretario de prensa de la CGT, reveló que el asesor personal del presidente se disculpó por incluir la reforma laboral en un decreto, pero esto no fue suficiente para evitar la medida de fuerza.
El gobierno ahora tiene un mes para ofrecer avances concretos y evitar el paro. Dos puntos cruciales en la negociación son la reforma laboral y la homologación de los acuerdos paritarios. Los sectores más dialoguistas de la CGT esperan algún gesto del gobierno para suspender la medida, mientras que los sindicatos más combativos están dispuestos a extenderla.
El anuncio del paro recibió el respaldo de las dos CTA, lo que amplía el alcance de la medida de fuerza. La participación de estas organizaciones, junto con la adhesión de varios gremios estatales y del sector universitario, incrementa la presión sobre el gobierno para encontrar soluciones a los reclamos laborales.
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