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Vie, Abr

Medio Ambiente

Actividad de agrupaciones ambientalistas en el paro ambiental internacional con volanteada en Ruta Nacional Nº3

Esta es la premisa de la que debemos partir para poder encarar toda lucha que se proponga acabar con la amenaza del calentamiento global y conseguir revertir los daños causados por la política económica de este modelo de depredación ambiental, desigualdad social, explotación y guerras.

Se trata de un régimen agotado, que pretendió ser el emblema de la “civilización” y el mal llamado progreso, que trajo consigo una profundización de los desequilibrios sociales de toda índole y una agudización de los problemas de las condiciones de vida para las masas empobrecidas, las cuales son las principales destinatarias de las catástrofes ambientales.

El modelo de producción capitalista ha fracasado, pero intenta aparecer dentro del debate de la crisis climática como un factor de control, proponiendo para ello a una serie de empresas comprometidas con el cuidado del medio ambiente. Nada más alejado de la realidad, cuando no han podido cumplir los objetivos mínimos de los acuerdos internacionales, principalmente por tratarse de hechos totalmente contradictorios con la razón social de este sistema. Nos referimos a una cuestión netamente de clase, porque lo que aquí se pone de manifiesto es: cuáles son las prioridades de este modelo y a costa de qué se han promovido todas las garantías gubernamentales sin distinción de progresistas, chavistas, neoliberales o fascistas; cada uno de los gobiernos que se sucedió, se vio beneficiado a partir de los negociados en materia de explotación de recursos o la especulación inmobiliaria para el enriquecimiento de unos pocos en detrimento de muchos, incluidas la muerte por desnutrición infantil, los ahogados en el mar mediterráneo, los enfermos por fumigación o las muertes a causa de la precarización laboral como en Ezeiza, por las cuales nadie responde y a lo que acostumbran llamar “tragedias”.

Si el capitalismo está destruyendo el planeta, entonces debemos deshacernos del capitalismo como régimen de vida, es una tarea principalmente que amerita acciones concretas, no aisladas, y universales.

Es por ello que adherimos en esta instancia a las jornadas por la lucha contra el cambio climático como primera medida, conscientes de que la solución está en nuestras manos, promoviendo medidas que debemos impulsar de conjunto, debatiendo cada uno de los problemas, desde la propia casa, pero como sujetos históricos, en cada lugar de trabajo, en cada gremio o sindicato, con cada compañero, de manera fraternal pero con la alarma de que las consecuencias no son las que vienen sino las que vivimos día a día. No podemos dejar supeditada una respuesta a las voluntades políticas de los gobiernos, ya que ellas son totalmente contrapuestas a nuestros intereses.
Debemos poner en pie un cambio sustancial sobre nuevas bases sociales.