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Mar, Jul

Ciencia y Tecnología

Pese a que el 98% afirma usar medidas de seguridad, crece la desconfianza digital: la confianza en las marcas está quebrada y la demanda por transparencia no para de crecer.

En la Argentina hiperconectada de 2025, donde el 98% de los usuarios utiliza algún tipo de herramienta de protección digital, el dato que estremece es otro: uno de cada tres argentinos fue víctima de hackeos o fraudes en el último año. ¿Qué está fallando?

La respuesta es doble: por un lado, la sofisticación de los ataques; por otro, la fragilidad estructural de muchas empresas que todavía no comprenden que invertir en ciberseguridad no es una opción, es una obligación ética y comercial. El problema no es solo técnico, es de cultura institucional. La mayoría de las personas no sienten que sus datos estén realmente protegidos, aunque las plataformas insistan en llenar sus sitios de candaditos verdes y frases de compromiso con la privacidad.

"La conciencia sobre la protección crece pero no es suficiente", afirma Néstor Markowicz, COO de CertiSur. Y tiene razón. La sensación de vulnerabilidad no solo persiste: se profundiza. La ciudadanía digital no es tonta. Sabe que su información está en juego, que su identidad puede ser clonada en segundos y que muchas veces, cuando el problema estalla, las empresas se lavan las manos.

El 74% de los usuarios exige más inversión en protección de datos, y el 53% ya elige un medio de pago exclusivamente por el nivel de seguridad que percibe. No es fidelidad: es instinto de supervivencia.

Este escenario plantea una disyuntiva feroz: o las marcas entienden que la ciberseguridad es parte del núcleo duro de su propuesta de valor, o serán devoradas por su propia inercia tecnológica. La IA, la big data, los algoritmos, sirven de poco si el usuario siente que con un clic le pueden vaciar la cuenta o robar su identidad.

La confianza ya no se gana con marketing: se construye con hechos, con protocolos robustos y con transparencia radical. Si el usuario no percibe que está en un entorno seguro, simplemente se va.

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