Mientras en varios países las promesas del 5G todavía suenan como publicidad de teléfono nuevo, China ya tiene la vista puesta en la siguiente frontera: el 6G.
No se trata solo de descargas más rápidas o videollamadas en 16K. El 6G promete cambiar la forma en que interactuamos con la tecnología, fusionando inteligencia artificial, internet táctil y conectividad satelital en una red omnipresente.
La gran diferencia es que mientras Estados Unidos y Europa aún discuten estándares y financiamiento, China ya está probando redes, lanzando satélites y conectando robots que no necesitan humanos para funcionar. La cuenta regresiva hacia el 2030 ya comenzó.
"Innovar no es solo inventar. Es hacerlo primero", podría ser el lema del Ministerio de Industria y Tecnología de la Información de China, que lidera la carrera.
6G: No es solo más rápido, es otro juego
Para entender el 6G, hay que olvidar las barras de señal y pensar en algo mucho más grande:
- Velocidad de 1 terabit por segundo, 100 veces más rápido que el 5G.
- Latencia casi nula, permitiendo cirugías a distancia o conducción autónoma sin margen de error.
- 10 millones de dispositivos por km², lo que significa ciudades inteligentes funcionando en tiempo real.
- Redes de terahercios (THz), que podrían convertir cualquier espacio en una fuente de conexión.
Pero lo más impactante del 6G no es su velocidad, sino lo que permitirá hacer:
- Agricultura sin agricultores: drones analizan cultivos y aplican fertilizantes con precisión quirúrgica.
- Fábricas sin humanos: la producción se automatiza con robots guiados por internet táctil.
- Hologramas sin retardo: la realidad aumentada se mezcla con la vida diaria sin interrupciones.
China ya está probando el futuro
Mientras algunos países aún luchan por instalar torres 5G sin protestas vecinales, China lanzó en 2024 el ChinaSat 26, el primer satélite experimental para redes 6G. Su misión: probar cómo funcionan las comunicaciones en frecuencias de 100-300 GHz y preparar el terreno para la integración satelital.
En paralelo, el gobierno chino trabaja con Huawei, ZTE y universidades para diseñar los chips y protocolos del 6G, asegurando que cuando llegue la hora de implementarlo, no haya competencia real en el mundo.
Obstáculos: No todo es velocidad, también hay geopolítica
Pero este avance no está exento de problemas. China se enfrenta a tres grandes barreras en su carrera por dominar el 6G:
- Tecnología desafiante: las señales de terahercios (THz) se bloquean fácilmente con lluvia o paredes. China está experimentando con repetidores cuánticos para solucionar esto.
- Costos astronómicos: Se estima que solo la infraestructura del 6G en China costará 200.000 millones de dólares antes del 2030.
- Oposición internacional: EE.UU. y la UE están lanzando iniciativas como la Next G Alliance para contrarrestar la influencia china.
El problema para Occidente es que China ya controla el 35% de las patentes del 6G, mientras que EE.UU. apenas llega al 15%. En otras palabras, cuando el resto del mundo quiera usar el 6G, probablemente tenga que pagarle derechos a Pekín.
¿China está diseñando el 6G o el próximo orden mundial?
El Ministerio de Industria y Tecnología de China prevé que las redes comerciales 6G estarán listas en 2030. Pero más allá de la tecnología, esta carrera tiene un trasfondo geopolítico: quien domine el 6G no solo tendrá la mejor conexión, sino que podrá controlar los datos y las reglas del juego.
A diferencia del 5G, que fue una mejora del 4G, el 6G es una nueva dimensión tecnológica que conectará inteligencia artificial, computación cuántica y redes satelitales en un solo sistema. China no solo quiere liderar esta revolución, quiere escribir sus reglas.
La gran pregunta es: ¿el mundo podrá seguir el ritmo o tendrá que conformarse con conectarse bajo los términos de China? Por ahora, el dragón sigue volando solo.
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