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Mar, Mar

Nacional

Desde la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, en el marco del Congreso Educativo Nacional, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió al centro del debate político con un discurso cargado de definiciones.

Criticó con dureza el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, apuntó contra los sectores del peronismo que acompañaron el DNU del oficialismo y retomó su agenda educativa con propuestas concretas para un futuro gobierno.

“Sin el voto de diputados que entraron por Unión por la Patria, ese cheque en blanco a Milei no se hubiera aprobado”, lanzó ante un auditorio colmado que estalló en aplausos.

FMI, Trump y Milei: un triángulo político con guiños históricos

Cristina denunció que el gobierno de Javier Milei utiliza al FMI como “rueda de auxilio” luego de agotar rápidamente las reservas adquiridas.
“En seis días vendieron el 30% de los dólares que compraron desde enero. ¿Qué es eso sino pinchazo?”, ironizó, aludiendo a la metáfora utilizada por el vocero presidencial.

En esa línea, criticó también el rol de Estados Unidos, comparando la decisión de Donald Trump de impedirle la entrada al país con el conflicto entre Perón y el embajador Braden, reviviendo la histórica consigna "Braden o Perón".

“Esto fue a pedido, porque este hombre no se la banca solo”, sentenció en referencia a Milei.

Cruces internos: nombres propios y reclamos territoriales

La titular del PJ fue más allá y nombró con precisión a legisladores y gobernadores peronistas que considera responsables de habilitar la nueva toma de deuda.
“¿Vale entregar la dignidad por una mina de rodocrosita?”, preguntó en dirección al gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, cuya provincia recibió la administración de esa mina.

También cuestionó la ausencia de coherencia en los bloques peronistas del NOA: “Misiones, Salta, Tucumán, Catamarca… si hubieran votado con el resto del peronismo, esto no pasaba”, disparó.

Educación como eje y promesas de futuro

En un tramo más programático, Cristina volvió a defender los logros de sus gestiones en materia educativa: la creación de 19 universidades, 57 millones de libros distribuidos, cinco millones de netbooks, y la Ley de Educación Sexual Integral.

Pero también advirtió sobre la necesidad de avanzar hacia una escuela de jornada completa, sobre todo en los sectores más vulnerables:
“El próximo gobierno, después de este desastre, tiene que sacar a los pibes de la calle si no se los lleva el narco”.

Asimismo, defendió la idea de premiar el esfuerzo y repudió la fragmentación que impuso el traspaso del sistema educativo a las provincias durante los '90.
“Los chicos de la Puna tienen que tener la misma calidad educativa que en Buenos Aires. Eso lo tiene que garantizar el Estado Nacional”, afirmó.

Mensaje al pueblo: organización y regreso con sentido político

Una de las frases más celebradas llegó sobre el cierre. Al grito espontáneo de “¡Vas a volver!”, Cristina respondió con firmeza: “El pueblo tiene que volver, pero tiene que volver organizado. Para eso estamos acá, porque ya vimos lo que pasa cuando no lo estamos”.

En las primeras filas la acompañaron Máximo Kirchner, Eduardo “Wado” de Pedro, y referentes bonaerenses como Daniela Vilar, Nicolás Kreplak, Alberto Sileoni y varios intendentes del conurbano.

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