Guillermo Arancibia, subdirector Ejecutivo de Prestaciones de ANSES bajo el gobierno de Javier Milei, ha quedado en el centro de una polémica tras revelarse que utiliza la caja chica del organismo para solventar sus consumos personales, pese a percibir un salario mensual superior a los 5 millones de pesos.
Este escándalo salió a la luz luego de que Noticias reportara que el edificio de ANSES amaneciera empapelado con carteles que ironizaban sobre la situación, caricaturizando a Guillermo Arancibia como un ratón de dibujos animados.
Los afiches, que aparecieron en distintos sectores de la instalación, mostraban la cara de Arancibia junto a la frase: "Ratón, ganás cinco palos y compras yogurt y barritas de cereal con la caja chica", reflejando la indignación generada entre los empleados y el público en general. El medio destacó que este gasto, que incluye productos como galletitas, yogures y gaseosas cola, fue justificado en un documento oficial con la firma del propio Arancibia, alegando que dichos productos eran para reuniones con otros directores o personas externas a ANSES.
El episodio resulta particularmente polémico en el contexto de los recientes recortes y despidos en ANSES. Bajo la gestión en la que participa Arancibia, los trabajadores han sufrido una significativa reducción de salarios y la desvinculación de alrededor de mil empleados de una nómina total de 14.000.
Arancibia, quien en la página oficial de Republicanos Unidos se presenta como licenciado en Economía por la Universidad Nacional de Córdoba y docente en la Escuela de Economía y Negocios de la UNSAM, ha tenido un rol destacado en la gestión anterior de Mauricio Macri. Sin embargo, su reputación ahora enfrenta un duro golpe con estas acusaciones, que reflejan una desconexión entre su salario y sus acciones en un contexto de ajuste para el resto del personal.
Este caso genera un fuerte contraste con la política de austeridad promovida por los sectores libertarios, quienes habitualmente critican el uso de recursos públicos para fines personales. La indignación crece, y este hecho podría tener repercusiones tanto dentro de ANSES como en la percepción pública del gobierno de Javier Milei.
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