fbpx
25
Jue, Abr

Salud

Unos investigadores han diseñado un nuevo tipo de píldora que, una vez tragada, puede adherirse al recubrimiento del tracto gastrointestinal y liberar poco a poco sus contenidos.

El comprimido está hecho de tal manera que uno de sus lados se adhiera al tejido, mientras que el otro repela a los alimentos y a los líquidos que de otro modo lo arrancarían del punto de sujeción.

Tales píldoras de liberación extendida podrían utilizarse para reducir la frecuencia de dosificación de algunos fármacos. Por ejemplo, los antibióticos que normalmente hay que tomar dos o tres veces al día podrían ser tomados solo una, facilitando a los pacientes seguir el horario de dosis previstas.

Esto podría ser adaptado a muchos fármacos, Cualquiera que se proporcione en dosis frecuentes podría ser susceptible de utilizar para mejor este tipo de sistema.

La singular píldora es obra del equipo de Giovanni Traverso, Robert Langer y Young-Ah (Lucy) Lee, del Instituto Koch para la Investigación Integral del Cáncer, dependiente del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos.

A lo largo de las últimas décadas, el laboratorio de Langer ha desarrollado muchos tipos de materiales que pueden ser implantados en el cuerpo o adheridos a la piel para una liberación de fármacos a largo plazo. Para alcanzar una liberación similar de fármacos en el tracto gastrointestinal, los investigadores se centraron en un tipo de materiales conocidos como mucoadhesivos, que pueden pegarse a los recubrimientos mucosos de órganos como el estómago.

Los investigadores han creado un nuevo tipo de píldora de doble cara, que se adhiere al tracto gastrointestinal. Un lado de la píldora se pega a las superficies de mucosa, mientras que la otra es omnifóbica, es decir, que repele todo lo que se encuentra. (Ilustración: Christine Daniloff/MIT)

Los científicos han explorado previamente este tipo de material para el suministro de fármacos en el tracto gastrointestinal, pero ha resultado difícil debido a que la comida y los líquidos en el estómago quedan encallados en el comprimido, lo que no tarda en provocar que lo arranquen del tejido antes de que pueda liberar toda su carga de fármaco.