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Sáb, Jun

Economía

Las importaciones crecieron casi ocho veces más que las exportaciones. Abril cerró con apenas U$S 204 millones de saldo positivo, una sombra del año pasado.

El sueño de superávit comercial que sostiene el esquema económico del gobierno libertario comienza a resquebrajarse. Según los últimos datos publicados por el INDEC, en abril de 2025 Argentina registró un superávit de apenas U$S 204 millones, lo que representa una caída del 88,7 % respecto al mismo mes del año anterior, cuando el saldo fue de U\$S 1807 millones. La causa principal: un boom importador que desborda el crecimiento exportador.

La dinámica se arrastra desde enero y marca una tendencia crítica. En el primer cuatrimestre de 2025, el saldo comercial fue de U\$S 1265 millones, frente a los U\$S 6208 millones acumulados en igual período de 2024. El recorte equivale a un desplome del 80 %.

¿La razón? Las importaciones crecieron 35,7 % entre enero y abril, mientras las exportaciones apenas subieron 5,8 %. La situación refleja un desbalance creciente que, de no corregirse, pondrá en jaque uno de los pilares del acuerdo con el FMI: el superávit comercial como fuente de divisas.

Una ancla cambiaria que hunde las cuentas externas

Uno de los motores de esta distorsión es la política de mantener un dólar barato, con el objetivo de contener la inflación. Pero esa ancla se convirtió en un arma de doble filo: abarata las importaciones y encarece las exportaciones, dejando al comercio exterior en una cornisa.

Además, el auge de importaciones no se explica por un boom de actividad industrial. Según los datos del INDEC, lo que más creció fueron las importaciones de automóviles, con un salto del 101,6 % interanual en el primer cuatrimestre. Le siguen los bienes de consumo, con un 69,1 %, y los bienes de capital, que también subieron pero no en proporción productiva.

En abril, el conjunto de bienes destinados a la producción (capital, intermedios y repuestos) representó apenas el 73 % del total importado, cuando históricamente rondan el 80 %. En otras palabras: se están importando más productos terminados que insumos para fabricar.

Exportaciones flojas, precios en baja y conflicto comercial

Del lado de las exportaciones, la situación es mixta y poco alentadora. El mejor desempeño lo mostró el sector primario, con un alza del 9,4 % en volumen (cereales y pesca), y las manufacturas industriales se beneficiaron de algunos aumentos de precios internacionales.

Sin embargo, las exportaciones de manufacturas agroindustriales retrocedieron por la caída de precios, y el rubro combustibles y energía sufrió un impacto negativo del 10 % en sus valores globales respecto a abril de 2024.

A esto se suma el conflicto comercial desatado por la guerra tarifaria de Donald Trump, que afectó las ventas externas a Estados Unidos. Un frente más que el Gobierno de Milei parece no haber previsto, pero que golpea duro en los números reales.

El FMI toma nota

El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional exige que este año el comercio exterior arroje un resultado positivo equivalente al 1,3 % del PBI, lo que implica cerca de U\$S 9.000 millones. Para ello, las exportaciones deberían crecer 8,1 % anual y las importaciones 14,6 %. Pero la realidad muestra un sendero muy distinto.

Si no hay un volantazo, el país podría cerrar el año con déficit comercial, justo cuando más necesita dólares genuinos. El espejismo del equilibrio externo se desvanece, y con él, el andamiaje monetario del modelo libertario.

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