A partir de noviembre, las tarifas de luz y gas experimentarán un nuevo ajuste en el marco de la estrategia del Gobierno para reducir gradualmente los subsidios y controlar la inflación.
El ministro de Economía, Luis Caputo, confirmó que la electricidad aumentará un 2,5% y el gas un 2,7%, asegurando que la medida busca mantener la desaceleración inflacionaria sin desestabilizar el esquema de subsidios. Según el anuncio, los nuevos valores quedarán formalizados en el Boletín Oficial.
La decisión tarifaria fue tomada tras una reunión entre Caputo, el secretario de Minería y Energía, Daniel González, y la secretaria de Energía, María Tettamanti. A la par de estos aumentos, se anticipa que la petrolera estatal YPF incrementará los precios de nafta y gasoil en un 3%, en sintonía con otras petroleras como Shell, Axion y Puma, que seguirán una política similar. El alza sigue a una reciente baja en los precios de los combustibles, algo inusual en el contexto de inflación.
Sin embargo, el impacto de estos ajustes se suma a un aumento acumulado del 370% en los gastos de servicios públicos de una familia tipo en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) desde diciembre pasado, según datos del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP). Esto refleja las políticas de ajuste de subsidios que impulsa la administración de Javier Milei, aunque aún el 47% de los costos de los servicios continúa subvencionado. Para el Gobierno, el objetivo es un equilibrio fiscal sostenible, aunque la carga sobre los hogares sigue en aumento.
El informe del IIEP advierte que, pese a la desaceleración de la inflación al 3,5% en septiembre, el gasto en la canasta de servicios sigue aumentando. “La cobertura tarifaria es ahora superior a la de los últimos once meses”, señala el organismo, resaltando la necesidad de revisar la estructura tarifaria en busca de un modelo equilibrado y menos dependiente del gasto estatal.
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