En un contundente informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), se reveló que la pobreza en Argentina alcanzó el 55,5% en el primer trimestre del año, afectando a casi 25 millones de personas. Agustín Salvia, director del Observatorio.
Según el informe titulado “Deudas sociales estructurales en la sociedad argentina”, el 20,6% de los hogares argentinos sufren insuficiencia alimentaria, lo que representa alrededor de 3,7 millones de viviendas y aproximadamente 11 millones de habitantes. Estos alarmantes números reflejan la crisis alimentaria que atraviesa el país.
En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), los indicadores son aún más preocupantes. La inseguridad alimentaria total afecta al 26,4% de las personas, al 21,8% de los hogares y al 35% de niños, niñas y adolescentes (NNyA). La inseguridad alimentaria severa alcanza al 9,9% de las personas, al 12,7% de los hogares y al 16,5% de los NNyA.
El informe de la UCA también destaca los esfuerzos del Estado para paliar esta crisis. “Considerando a los niños, niñas y adolescentes, el 42,6% de ellos reside en hogares que reciben la AUH+Tarjeta Alimentaria, el 50% asiste a comedores escolares, el 36,7% recibe cajas o bolsones de alimentos de comedores y el 11,1% recibe cajas o bolsones de alimentos de comedores no escolares; sumando en muchos hogares más de un beneficio”, detalla el documento.
De cara al futuro, Salvia ofreció una perspectiva cautelosa. En medio de un escenario recesivo, la disminución de la pobreza hacia fines de 2024 dependerá de varios factores. “Si la inflación baja por ajustes de tarifas pero no se generan inversiones, la pobreza seguirá cercana al 50% y la indigencia en el 15%”, advirtió.
No obstante, Salvia pronosticó un “veranito” para junio, debido al cobro del aguinaldo, el aumento de las jubilaciones y programas sociales, lo que podría reactivar temporalmente el consumo, aunque con el riesgo de acelerar la inflación nuevamente.
“Para que baje la pobreza, debería ceder la inflación y generarse nuevos puestos de trabajo con salarios que crezcan por encima del IPC, al igual que los programas sociales. Así, para fin de año, la proyección de la pobreza estaría en un piso cercano al 38%/40% y la indigencia del 12%, siempre y cuando se genere un contexto de baja inflación y reactivación económica”, concluyó Salvia.
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